Los líderes del G-20 se comprometieron ayer a adoptar nuevas acciones colectivas para lograr un crecimiento "fuerte, sostenible y equilibrado" que incremente la prosperidad de los ciudadanos, ya que actualmente es "desigual" y sigue estando por debajo de sus expectativas. "Somos firmes en nuestra determinación de garantizar un crecimiento robusto e inclusivo y lograr más empleo y de mejor calidad. Reconocemos que fomentar un crecimiento inclusivo y fortalecer la confianza exigirá el uso de todas las herramientas políticas y un fuerte compromiso de todas las partes", recoge el comunicado de la cumbre celebrada en Antalya (Turquía).

El G-20, integrado por los países más desarrollados y los emergentes, advierte de que persisten los riesgos y las incertidumbres en los mercados financieros y de que los desafíos geopolíticos se están convirtiendo en un motivo global de cada vez mayor preocupación. Además, la caída de la demanda global y los problemas estructurales siguen lastrando el crecimiento potencial y real.

La declaración lleva implícito el reconocimiento de que las medidas acordadas hace un año -abordar reformas que aumenten el crecimiento potencial de la economía- resultan insuficientes en un contexto global con nuevas dificultades como la desaceleración de China y la crisis de los países emergentes.

El G-20 habla de adoptar una "amplia agenda" de emprender "sólidas políticas macroeconómicas" de forma cooperativa y afirma que las autoridades monetarias de todos los países continuarán garantizando la estabilidad de precios y apoyando la actividad económica.