El Rey descarta abdicar de sus funciones, que califica como «un deber y una pasión»

El rey don Juan Carlos desmintió el viernes implícitamente los rumores acerca de su voluntad de abdicar, al afirmar que seguirá cumpliendo siempre con ilusión sus funciones constitucionales al servicio de España, porque es su deber y también su pasión. El Monarca incluyó estas palabras en su tradicional mensaje navideño a los españoles.

«Quiero, una vez más, asegurar que sigo y seguiré cumpliendo siempre con ilusión mis funciones constitucionales al servicio de España. Es sin duda mi deber, pero es también mi pasión», afirmó el Rey.

La mayor parte del mensaje de don Juan Carlos estuvo dedicado a las consecuencias de la actual crisis económica y a las medidas necesarias para superarla, generar crecimiento económico y crear puestos de trabajo. El jefe del Estado pidió, ante todo, unidad para enfrentarse a los retos derivados de la crisis y respaldó las duras medidas de ajuste adoptadas por el Gobierno para reducir el déficit público.

«La crisis ha requerido la adopción de importantes decisiones por parte de nuestros poderes e instituciones públicas a todos los niveles. A escala europea ha exigido concertar nuevas iniciativas. Pese a ciertos signos alentadores, todavía no se ha logrado una plena estabilización y recuperación internacional», dijo el Rey, quien llamó a «volver a situar nuestra economía con visión de futuro en el pelotón de cabeza, manteniendo nuestra protección y cohesión social».

Para el Monarca, «sin un crecimiento adecuado no crearemos empleo. Y para crecer como necesitamos, debemos proseguir y abordar juntos las reformas necesarias, cumpliendo además nuestros compromisos en materia presupuestaria y de déficit». Don Juan Carlos quiso animar al esfuerzo colectivo al asegurar que «pudimos salir con éxito de anteriores crisis económicas» y «disponemos de las condiciones y de los instrumentos necesarios para lograrlo de nuevo».

En esta fase de su discurso, el Rey aseguró: «Somos una gran Nación, orgullosa de su pluralidad y diversidad, integrada en la Unión Europea, con la que estamos comprometidos y por la que siempre hemos apostado. Un país de personas laboriosas y creativas, con una juventud espléndida, un inmenso y variado patrimonio cultural, modernas infraestructuras y muchas empresas punteras a escala internacional.

»La misma España que ha sido capaz de progresar y de superar con éxito muchas pruebas. No hemos llegado hasta aquí para dejarnos vencer por las dificultades, para renunciar a nuestras ambiciones de construir un país cada vez mejor», alentó, antes de reforzar su llamada a la unidad con estas palabras: «No caben actitudes individuales ni colectivas de indiferencia o de egoísmo, que a la postre nos dañan a todos».

Acto seguido, el Rey dedicó un párrafo al terrorismo: «Quiero reiterar esta noche que el terrorismo solo suscita condena y repudio en cuantos defendemos la libertad y la democracia. No nos debe faltar determinación para acabar con esta lacra. Honremos y arropemos con todo nuestro cariño y solidaridad a las víctimas de la violencia terrorista y a sus familias». La concisión del Monarca en unos momentos en los que se espera con expectación una declaración de alto el fuego unilateral e indefinido de ETA está en sintonía con la voluntad explicitada por el Gobierno de no tener en cuenta otro comunicado que no sea el del adiós definitivo a las armas.

En la recta final del discurso, don Juan Carlos aludió brevemente a la lucha por la igualdad de oportunidades, al combate contra las toxicomanías y contra la violencia de género, así como a la necesidad de preservar el medio ambiente.

Igualmente se refirió al papel de las tropas españolas en el exterior a las que envió su «gratitud y afecto», por «defender el papel y los intereses de España en el plano internacional y mantener nuestros compromisos con la paz y el desarrollo de muchas Naciones necesitadas».

Tampoco faltó en el discurso real una alusión a los éxitos deportivos obtenidos por España en 2010. El Monarca tenía a su izquierda una mesa sobre la que reposaba una fotografía suya junto a la selección española de fútbol, ganadora de la Copa del Mundo el pasado julio.