El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió ayer a los «indignados» del movimiento 15-M de que la «prudencia y mesura» mostrada por la Policía «se transformará en firmeza si hay violencia» en las protestas como sucedió el jueves en Valencia, donde tres detenidos tenían antecedentes penales.

«No vamos a consentir que haya violencia en ninguna manifestación, que los derechos de los ciudadanos se vean menoscabados», dijo sobre la intervención policial frente al Parlamento valenciano que se saldó con 18 heridos. «Cuando un joven sale a pedir que le escuchen lo último que puede recibir es un porrazo», pero «si hay gente que quiere hacer otras cosas se encontrará con la Policía», añadió Rubalcaba. Sobre las críticas del PP a la carga en Valencia -que según la Policía se produjo cuando varios «antisistema» lanzaron objetos contra los agentes-, el Ministro declaró que «se descalifican por sí mismas».

Los «indignados» obligaron a Rubalcaba a aplazar un acto en Valencia. El Vicepresidente suspendió ayer un encuentro con militantes socialistas a petición de la dirección regional, después de la tensión del jueves. En Madrid, medio centenar de «indignados» se concentró ayer ante el Ministerio de Trabajo para denunciar que la reforma de la negociación colectiva «legaliza la esclavitud». Otros tantos irrumpieron en la sede de la CEOE gritando «Manos arriba, esto es un contrato». El PP denunció que se está rozando el límite de lo tolerable.