Luis López Guerra (León, 1947), juez español en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo (Francia), es una pieza clave en la elaboración de la sentencia, dada a conocer ayer, que echa por tierra la "doctrina Parot".

A López Guerra, secretario de Estado de Justicia en la primera legislatura de Zapatero, entre 2004 y 2007, con Juan Fernando López Aguilar como ministro, se le considera el hombre fuerte que el ex presidente socialista aupó a la institución europea para culminar la hoja de ruta marcada en la negociación abierta con la banda terrorista ETA.

Cuando López Guerra era secretario de Estado, la supresión de la "doctrina Parot" fue una de las exigencias de la banda, en las conversaciones de Oslo, en 2006, en las que participó José Manuel López Benítez, catedrático de Derecho Penal, y que dos años después sería nombrado, a propuesta del PSOE, miembro del Consejo General del Poder Judicial.

Cuentan sus íntimos que en privado el juez ha reconocido varias veces que haría lo posible para que la gran sala confirmase la extinción de la "doctrina Parot". Sus enemigos le acusan incluso de valerse de triquiñuelas procesales. Guerra, con fama de jurista riguroso, según apuntan altos cargos socialistas asturianos que le trataron en su etapa en el Ministerio, sabía que ninguno de sus compañeros llevaría la contraria de un Estado que defiende condenar a su propio país. López Guerra, que fue diputado por el PSOE en la Asamblea de Madrid, partió a Estrasburgo como favorito en la terna presentada por el Gobierno. No era el preferido de todos. Su candidatura fue impugnada por la Asociación Profesional de la Magistratura, de signo conservador, ante el Tribunal Supremo. En noviembre de 1998, cuando era vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se manifestó partidario de aplicar medidas de gracia al ex ministro José Barrionuevo y a Rafael Vera, condenados a diez años de prisión por el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey por los GAL en 1983. En noviembre de 2011, López Guerra participó en Oviedo en unas jornadas sobre protección penal de los derechos de los trabajadores.