María IGLESIAS

Con la fuerza de los músculos puede llegar a levantar hasta 440 kilos de peso, pero no sería capaz de hacerlo sin la fuerza de la mente. Juan Carlos Heredia, considerado el hombre más forzudo de España y nombrado, hace apenas una semana, el cuarto más fuerte del mundo, participa en la obra de teatro «La casa de la fuerza» de Angélica Liddell, que se estrenó ayer en el teatro de la Laboral.

«Es una obra espectacular, muy bonita, en la que se habla de la fortaleza física, espiritual y muscular», apunta Heredia. Ésta no es la primera vez que por su aspecto físico lo reclaman para participar en una obra de teatro. «En una ocasión hice de Zeus, y ahora voy a colaborar de extra en varias películas», cuenta el forzudo.

Heredia, que pesa 124 kilos, pone el broche final a la obra de Liddell realizando diversas demostraciones de fuerza. «Hago una pequeña exhibición con la que se culmina el espectáculo», explica el gaditano, que llega a arrastrar toneladas de diversos productos por el escenario. «Siempre me sentí atraído por la fuerza, veía los levantamientos en televisión y soñaba con poder hacerlo yo; ahora veo mi sueño cumplido y ya no me hago fotos al lado de mis ídolos, sino que los gano», dice Heredia, que entrena durante un par de horas al día para poder mantener su tono físico. «Estoy muy orgulloso de mi cuerpo, cuando paseo por la calle no paso desapercibido, me gusta que la gente me admire», sostiene el forzudo, que regenta un gimnasio en Cádiz. «La gente me ve por la calle y me encuentra grandote, aunque eso les llama la atención», añade. Sus constantes de entrenamiento, cuenta, son diferentes en función de la época en la que tenga lugar el campeonato. «En temporada baja, un mes antes de la competición, realizo pruebas en el gimnasio para potenciar los músculos que después se van a resentir con el trabajo más intensivo; cuando ya estoy en temporada alta realizo levantamiento de ruedas, paseo con el yugo... es decir, hago los mismos ejercicios que voy a hacer luego durante el campeonato», aclara.

Heredia, satisfecho con los resultados obtenidos hasta ahora en su área, no descarta trabajar en el mundo del arte y la televisión, escenarios por los que también se pasea de cuando en cuando. «Me han llamado de muchos programas y todo lo que sea reforzar mi imagen pública siempre está bien», asegura.

De momento, hará un cameo en la obra de Angélica Liddell, que le ha traído hasta Gijón, y seguirá rindiendo culto a su cuerpo, aunque, tal y como argumenta la obra «La casa de la fuerza», también lo hará a su mente.