M. C.

Los responsables de Factorías Juliana están manteniendo contactos con los acreedores para intentar presentar una propuesta de convenio que permita levantar la situación concursal en la que se encuentra el astillero gijonés, filial del gallego Factorías Vulcano. El objetivo es conseguir una quita de la mitad de la deuda y el aplazamiento del pago de la mitad restante, para poder reflotar la compañía, que cuenta con un pasivo concursal provisional de 61,53 millones de euros, con el riesgo de que se incremente hasta un máximo de otros 150,62 millones más.

El límite para presentar una propuesta de convenio es 40 días antes de que se celebre la junta de acreedores en la que el mismo debería de votarse. Si los acreedores rechazan mayoritariamente esa propuesta de convenio o si no llega a presentarse ninguna, el juez decretará la liquidación de la empresa.

Las posibilidades de que el astillero salga a flote pasan, en todo caso, por lograr que Factorías Vulcano asuma las pérdidas que provocó en Juliana la construcción de los buques sísmicos 532 y 533, cuyos cascos subcontrató a su filial gijonesa.

Vulcano pagó a Juliana 57,56 millones por la obra de ambos barcos, que supuso un coste de 116,46 millones para el astillero gijonés. Ahora los administradores judiciales reclaman los 58,9 millones restantes a Vulcano. Además de recuperar este dinero, también será clave que el astillero gijonés no tenga que afrontar nuevas pérdidas por la cancelación de los contratos de ambos barcos, ejecutada por el armador PGS.

Más que la pérdida por esos buques, el principal riesgo que ven los administradores de acumular nuevas deudas son las posibles cancelaciones del sísmico 535 y el cementero 371 contratados directamente por Juliana, lo que obligaría al astillero gijonés a reembolsar a los armadores respectivamente 17,97 y 41,09 millones de euros ya cobrados. El 535 se acabará de construir en Vulcano y el 371 en Astander.

Mientras el futuro del astillero se dirime en los juzgados, la SEPI ya ha encargado a la consultora Creade (grupo Lee Hecht Harrison) la búsqueda de empleos alternativos para los 36 trabajadores menores de 50 años, procedentes del antiguo Izar Gijón, que no se podrán prejubilar tras su despido de Juliana.