R. GARCÍA

Partiendo de la premisa de que «un juego no es un juguete», el inventor asturiano Víctor Sariego ha desarrollado a lo largo de los últimos años varios «inventos didácticos» entre los que el propio creador destaca uno de inspiración clásica: el que él mismo bautizó como Ludibox. Se trata de un juguete formado por varias piezas de madera intercambiables pensado para desarrollar la inteligencia creativa de los más pequeños. Sariego presentó ayer su producto en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. «Con este juguete se pueden llegar a hacer hasta cien figuras diferentes, se pueden crear centenares de cosas» explicó el inventor en el auditorio.

La idea del denominado Ludibox (cuyo nombre viene de juego y caja), surgió hace ya varios años. Víctor Sariego mantenía ya por aquel entonces la idea de la necesidad de potenciar la creatividad de los niños, algo que hoy en día es aún más necesario: «Las nuevas tecnologías entrañan dificultades en el desarrollo de la creatividad, lo dicen muchos estudios» reflexionaba el creador. Por eso su Ludibox intenta mejorar las capacidades individuales teniendo siempre claro que el que «sabe jugar sabe pensar». «Con el juego aprendemos muchas estrategias que nos facilitan el resolver con mayor facilidad cualquier dificultad que se nos pueda plantear en la vida». Saber ganar y perder y plantearse retos de superación se establecen como algunas de las capacidades del juego.

Víctor Sariego ha presentado ya el Ludibox en varias ferias en todo el mundo y ha distribuido copias por numerosos países. Su invento fue incluso alabado en uno de estos encuentros por Erno Rubik, el creador del famoso cubo: «Él me dijo que mi juguete iba a durar más que el suyo porque su cubo, en cuanto lo haces, ya se acabó».

Según este inventor asturiano, la idea de crear el Ludibox, al que le daría nombre gracias a la ayuda de sus hijos, surgió a raíz del juego tradicional de la cruz del maestro, una figura de madera compuesta por pequeñas piezas. De hecho Sariego tiene centenares de estos juegos en su casa. «Los he traído de todas las partes del mundo» confiesa. El Ludibox ha sido probado ya en varias facultades de Arquitectura españolas, así como en varias multinacionales.

Para Sariego, los inventos pueden ser incluso una buena salida de la crisis económica que se está viviendo España y en el resto de la Unión Europea: «Ahora que no tenemos fábricas, tenemos que dar algo más; por ejemplo, yo he propuesto la puesta en marcha de un salón del inventor que aportaría muchas semillas que se transformarían luego en productos capaces de crear puestos de trabajo y de generar riqueza para nuestra región». Otro de los proyectos del autor, por el que ya peleó en ciudades como Salamanca y Madrid, consiste en la creación de un Parque Tecnológico de las Creaciones para el desarrollo de actividades lúdicas y creativas.