Miriam SUÁREZ

No se aprecia ninguna actividad. Pero la cadena AC asegura haber retomado los trabajos que convertirán la antigua residencia de estudiantes de la Universidad Laboral en el primer hotel de 5 estrellas de Gijón. Admite, eso sí, que las obras «van muy poco a poco». La complejidad del proyecto y la crisis económica explicarían el porqué de este ritmo lento, que mantiene el edificio a medio acondicionar cuando debería llevar más de dos años a pleno uso.

El cinco estrellas de la Laboral tendrá 80 habitaciones, una zona de eventos con siete salones y un restaurante de 400 metros cuadrados. El personal que ha estado trabajando en el equipamiento hotelero durante los últimos días se reduce a un jefe de obras y dos operarios, que se ocupan principalmente de panelar el interior de los dormitorios. Único avance que ha experimentado el proyecto -con el acristalamiento de las ventanas- desde que Antonio Catalán, presidente de AC, visitó las instalaciones el pasado mes de febrero.

En esa visita, el empresario colocó la segunda piedra del hotel junto al anterior presidente del Principado. Antonio Catalán y Vicente Álvarez Areces escenificaban así el reinicio de una obra que había permanecido paralizada durante año y medio. El presidente de AC incluso pidió disculpas públicamente por el retraso y anunció como nueva fecha de apertura principios de 2012. Todo apunta a que la inauguración se pospondrá una vez más.

La cadena, no obstante, mantiene su compromiso con el proyecto hotelero de la Universidad Laboral, ahora Ciudad de la Cultura. Aunque la situación económica no es la más propicia, Antonio Catalán siempre ha mantenido su idea de seguir adelante con el hotel de 5 estrellas previsto en la antigua residencia de estudiantes. Más allá de su compromiso empresarial con Gijón, dice haberse tomado este equipamiento como «un empeño personal».

Hoy, la cadena ya tiene resuelta aquella parte del proyecto que tiene que ver con la rehabilitación exterior del edificio y que, según sostienen, es la más engorrosa. Pero falta por realizar prácticamente todo el acondicionamiento interior, desde los servicios eléctricos a la fontanería. El único espacio completo es la habitación piloto que Antonio Catalán mostró a las autoridades y a los medios de comunicación cuando colocó la segunda piedra del hotel. De ese acto, van a cumplirse siete meses.

«Estas obras son muy complicadas, tampoco es cuestión de tirar de largo», insisten fuentes de la cadena, que entre mayo y junio cerraba una alianza empresarial con el gigante hotelero Marriott. El cinco estrellas gijonés pasará a formar parte de su línea «Autograph Collection», integrada por alojamientos de lujo que están emplazados en edificios históricos. La unión con Marriott viene a compensar el hecho de que AC se haya quedado sola y sin socios en una operación que inicialmente contaba con el respaldo de la familia Cosmen y de Coto de los Ferranes.