Gijón, Pablo TUÑÓN

«Debemos mirar un poco más por lo que tenemos». Así se expresó ayer en el club LA NUEVA ESPAÑA la historiadora María Prieto Vergara. Y para defender esta idea se valió de una conferencia titulada «Las capillas de Gijón, un patrimonio olvidado», en la que expuso un sólido trabajo recopilatorio hecho sobre la gran cantidad de edificios de esta índole que se levantaron en el concejo y que, en demasiados casos, han desaparecido o permanecen en estado deplorable.

Ciertamente, los numerosos asistentes a la ponencia salieron de la misma sabiendo que el patrimonio arquitectónico gijonés podría ser mucho más valioso de haberse conservado correctamente muchas de estas capillas. «Hay asesinos del patrimonio, y el patrimonio es algo que nos pertenece a todos y que todos debemos defender», proclamó Prieto Vergara, licenciada en Historia y en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo y técnica especialista en biblioteconomía, archivística y documentación.

La presentación de la conferencia corrió a cargo de Ignacio Alvargonzález, presidente de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales de Gijón, que aseguró que «querer a Gijón y no querer a sus capillas resulta imposible» y que destacó de la conferenciante su «decisión, arrojo y perseverancia» a la hora de realizar estudios como el que expuso ayer en el club LA NUEVA ESPAÑA, y que será motivo de una publicación que saldrá a la luz.

Durante la exposición, que estuvo perfectamente apoyada con material visual, María Prieto Vergara hizo un repaso de muchas de las capillas del concejo gijonés, aunque no tuvo tiempo para hablar sobre todas las que recoge en su estudio. De este modo, los asistentes, entre los que estaban el edil popular Manuel Pecharromán y el ex concejal Francisco Cubiella, supieron de la existencia de algunos de estos lugares que seguramente desconocían, muchos ya desaparecidos.

La ponente hizo referencia primero a la zona rural. Citó algunas capillas más populares como la de la Providencia o la de La Guía, desaparecida durante la Guerra Civil y que será construida de nuevo en un futuro, y otras que habían caído en el olvido en numerosas parroquias del concejo gijonés, como la desaparecida de San Miguel Arcángel, en la parroquia de Fresno. «La podríamos haber tenido como parte de nuestro patrimonio y estaría en el inventario del Plan Urbano», señaló Prieto, que también repasó capillas urbanas tan conocidas como la de la Soledad o la de la Colegiata, así como otras que ya no siguen en pie y que dieron nombre a lugares como la calles Santa Rosa, San Antonio y del Buen Suceso o el cerro de Santa Catalina.