Jéssica Alonso (Gijón 20-9-1983) tiene el mejor palmarés del balonmano femenino asturiano; un palmarés que acaba de enriquecer con una medalla de bronce en el Campeonato del Mundo disputado en Brasil. Jéssica, Jessi para los amigos, se inició en el mundo del balonmano en el Colegio El Lloréu, una de las escuelas del balonmano La Calzada, donde jugó varios años. Decidió apuntarse porque así lo había hecho la mayor parte de su grupo de amigas. Todas estuvieron en las manos de Chencho, un técnico que les enseñó los rudimentos de este deporte y que ha sido una figura clave en la carrera deportiva de la gijonesa.

Rápidamente apuntó maneras y formó parte de las selecciones asturianas de las distintas categorías donde siguió dando muestra de su talento; y de éstas, a la selección nacional. Pasó luego a la disciplina del Balonmano Gijón, que llevaba varias temporadas luchando por el ascenso a la máxima categoría. Con ella en sus filas lo lograron. Llegó entonces el momento más delicado en la trayectoria de Jessi. Hace ocho temporadas sufrió una grave lesión, la famosa y temida por todos los deportistas «triada». Las manos del doctor Antonio Maestro y del fisioterapeuta Lorenzo del Pozo hicieron posible que tanto la operación como la posterior recuperación fueran un éxito, hasta el punto de que la rodilla afectada no ha vuelto a darle ningún tipo de problemas. Adquirida experiencia en la máxima categoría, llegó su primera llamada a la selección absoluta y, casi simultáneamente, su fichaje por el Itxako Navarra, el mejor equipo femenino español y también uno de los grandes de Europa. En sus filas empezaron a llegar los títulos, ligas, copas, competiciones europeas como la EHF y la pasada temporada la segunda posición en la Copa de Europa de clubes. Con la selección nacional también es segunda en el Campeonato de Europa y hace escasos días, bronce en el Campeonato del Mundo, un palmarés que ninguna otra jugadora asturiana atesora.

En el mundo del balonmano también conoció a su novio, Diego Dorado. Ella jugaba en el Balonmano Gijón y él en el Grupo Covadonga; el balonmano los unió y la relación supera ya los ocho años. Al poco tiempo de que Jéssica fichase por el Itxako, Diego también se fue a Navarra pero como entrenador del segundo equipo, cargo en el que permaneció hasta esta temporada en la que el gijonés fue fichado por el Ademar de León, también como responsable del filial.

Dicen quienes la conocen que es una mujer que pone la familia por encima de todo. En cuanto puede, se escapa a Gijón para ver a sus padres y hermana, y últimamente a sus dos sobrinas, la última de tan sólo 4 meses. Muy detallista, no se olvida de cumpleaños o aniversarios y siempre tiene a punto el regalo con el que sorprender a sus seres queridos. Es muy alegre, le gusta la lectura, especialmente las novelas, la música, pasear y tiene un especial don para los deportes en general, hasta el punto de que se maneja bastante bien en todos en los que prueba. Jéssica es una de las fijas en la gala solidaria que todos los años reúne a los mejores deportistas asturianos en un acto benéfico en Oviedo.

También se preocupa del futuro, sabe que en el balonmano, sobre todo en el femenino, es prácticamente imposible ganar el dinero suficiente para vivir una vez retirado y por eso ha hecho un curso de delineante y ahora está matriculada en la UNED en Ingeniería Técnica, campo en el que espera encontrar trabajo en el futuro. Sin embargo, a sus 28 años, aún le queda balonmano para largo. Estos días descansa en Gijón antes de volver a Estella para afrontar un año que se presenta muy duro pero apasionante. Con su equipo luchará por revalidar los título de Liga y Copa, y también espera poder sacarse la espina de no haber ganado la Copa de Europa, un título que debería estar en las vitrinas del Itxako; algo que una controvertida actuación arbitral en la final europea impidió.

Además y como componente de la selección española, disputará el Preolímpico en el que España tendrá como rivales a Croacia, Holanda y Argentina, cuatro selecciones que aspiran a dos plazas para los Juegos Olímpicos de Londres. De conseguirlas Jessi se quedará sin vacaciones; pero bien merece la pena sacrificarlas por convertirse en olímpica, su máxima aspiración en estos momentos.