Pablo TUÑÓN

Toda una vida dedicada a derribar muros en pro de la justicia tiene mucho de épico, pero también de lírico. Luis Redondo Álvarez (Turón, 1932), comunista en la clandestinidad durante el franquismo y miembro fundador después de la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI), recibió ayer el XIV premio «Atalía» de la asociación vecinal de El Natahoyo en un acto de homenaje en el que terminó recitando uno de sus poemas. Redondo, que se crió en el barrio gijonés desde los cuatro años, recordó como en El Natahoyo sostuvieron «el alma colectiva ante el hambre y la tuberculosis» en sus años de juventud.

Al homenaje acudieron varios concejales de PSOE e IU, así como el edil Manuel Arrieta en representación del gobierno local de Foro. También estuvo presente Paz Fernández Felgueroso, que recibió el anterior premio «Atalía» y terminó recitando versos junto a Redondo; así como Ignacio Prendes, diputado regional por UPyD, y Tita Caravera, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Redondo, que ya cuenta con la medalla de plata de la villa, recibió el premio de manos de Álvaro Tuero, presidente del colectivo vecinal «Atalía»; y también se llevó un obsequio del Ayuntamiento con dedicatoria de la alcaldesa, Carmen Moriyón.

Santiago Martínez Argüelles, portavoz del PSOE local, se encargó de glosar su figura. «Como buen gijonés y buen "natahoyense" es natural de Mieres», dijo en clave de humor, antes de recordar cómo «fue detenido una docena de veces y despedido de todos los astilleros» así como «encarcelado en 1972 y 1973» por su actividad reivindicativa. Destacó su «ejemplo de perseverancia y coherencia frente a la adversidad, muy oportuno en estos momentos», así como su «humanismo cristiano».

La intervención de Redondo fue desde los recuerdos hasta sus declaraciones de corte filosófico. «Gran parte de nosotros está detrás de nosotros mismos», proclamó. Rememoró sus historias de infancia y juventud en El Natahoyo, «donde se nos consideraba que éramos muy finos pegando "hosties"». También dejó constancia de su militancia. «En aquella época quien más luchaba era el partido comunista», señaló. E incluso hubo tiempo para el arrepentimiento. «Por encima de la familia estaba la ideología y el compromiso. Es un error y pido disculpas a mi mujer», proclamó. Después llegaría el momento de lírica, muy ligada a la épica de Luis Redondo.