C. JIMÉNEZ

Se avecina un otoño «caliente» en la sanidad asturiana y el consejero Faustino Blanco se confiesa «preocupado» ante la posibilidad de que una huelga en el sector paralice todo el sistema. Por eso, ayer, en el marco de una visita de trabajo al Hospital de Cabueñes y a varios centros de salud del área sanitaria V (Montevil y Severo Ochoa), subrayó que su equipo está haciendo «todas las gestiones posibles» para impedir que el conflicto estalle. «Sabemos que es un derecho de los trabajadores, pero nos preocupa», admitió el responsable del Ejecutivo asturiano ante la posibilidad de un paro generalizado en el sector. «Mi espacio de diálogo está abierto; podemos hacer cosas en común», instó a los representantes sindicales y trabajadores que le recibieron con una sonora pitada a su llegada al centro sanitario.

Sus palabras no fueron recibidas de buen gusto por los médicos, enfermeras, celadores y personal de administración que se encontraban concentrados en la entrada principal del recinto para exigir al Consejero respuestas sobre la situación de unos 70 trabajadores eventuales de Cabueñes (auxiliares y enfermeros) con vencimientos de contrato el próximo 30 de septiembre, además de otro centenar de médicos. «Vamos a tratar de garantizar el empleo estructural», explicó Blanco, quien reconoció que «a nadie se le escapa, que si hacemos más horas de trabajo habrá menos necesidad de contrataciones eventuales». La aplicación de la nueva jornada laboral de las 37,5 horas semanales afectará sólo en Cabueñes a un total de 200 personas, según los cálculos de los sindicatos. En ese contexto, el Consejero, quien reconoció estar «muy preocupado» por el futuro que les espera a estos trabajadores, señaló que su obligación ahora es cumplir con la ley de Presupuestos Generales del Estado. «Nuestra situación presupuestaria es de una enorme tensión; sabemos que tenemos que dar respuesta al plan económico acordado con el Gobierno de la nación y en este contexto de crisis es el que nos obliga a tomar decisiones que no son siempre fáciles», indicó.

Según Blanco, la prioridad del Ejecutivo regional son los 16.000 puestos de trabajo de la sanidad asturiana. «Poner en riesgo el Presupuesto Regional es poner en riesgo esos 16.000 empleos», aseveró en una tensa rueda de prensa donde los trabajadores no cesaron en sus reivindicaciones, llegando a ocupar por momentos los pasillos del área de gerencia del hospital.

La solución de la ampliación de la jornada laboral, abundó el Consejero, «ni la ha generado la sanidad asturiana ni el Gobierno regional». Son decisiones, agregó, que responden a «momentos muy críticos» y reconoció que el Ejecutivo no sabe «si será suficiente» con estas medidas. En cualquier caso, el argumento para seguir adelante con los ajustes es «dar garantía de servicios», insistió el Consejero, quien dijo no haber recibido «ninguna contrapropuesta del SIMPA» al decreto que establece un aumento de la jornada de trabajo del personal sanitario.

Sanidad justificó en un comunicado emitido horas después de la visita que todas estas medidas están pensadas para preservar un modelo sanitario «público, de calidad, equitativo y que, además, sea sostenible en el tiempo». También supondrá, añade la nota, «un uso eficiente de los recursos» y repercutirá en la mejora de la calidad de la atención a los usuarios, ya que «podrán ser tratados en horarios más amplios, que incluyen las tardes».

«No sería entendible» que los hospitales concertados no se adaptasen a los ajustes en los que está inmerso en el sector sanitario de la región. El consejero de ramo fue rotundo al afirmar que los hospitales de Cruz Roja y Jove también tendrán una «corresponsabilidad» en cumplir las medidas de austeridad presupuestaria. A ellos, dijo, «también habrá que pedirles ese esfuerzo».

Aunque la estructura de la red concertada implica un margen más «ajustado» para esa contención presupuestaria, Faustino Blanco demandó que, en la medida de sus posibilidades, deberán definir qué tipo de esfuerzo van a hacer. El hospital de Cruz Roja pedía, sin embargo, hace unos días al Sespa que agilizara el envío de pacientes a sus instalaciones en Gijón para evitar un parón en cirugía.

Además, Blanco visitó ayer el servicio de Urgencias del hospital de Cabueñes donde recientemente se han ejecutado una serie de reformas, entre ellas, la implantación de un programa de triaje con el que se asignará una prioridad clínica adecuada a la cada paciente mediante un sistema de colores. En el mismo centro sanitario mantuvo una reunión de trabajo con la nueva gerente del área V, Montserrat Bango.