El encierro de los alumnos de la Escuela Politécnica de Gijón para evitar el cierre del edificio polivalente ha conseguido recabar el apoyo del sector privado. Ayer mismo se recibía la propuesta de la empresa Fluor, miembro de la "sociedad de partners" del centro, para asumir la restitución de estas instalaciones a su situación anterior si cuentan con el apoyo de otras dos o tres firmas, o incluso del Ayuntamiento de Gijón para afrontar los gastos de mantenimiento de la sala.

La clausura de este equipamiento como consecuencia de la jubilación del personal de la biblioteca desembocó en el encierro, desde el pasado viernes, de un grupo de estudiantes que, por turnos, mantienen una custodia permanente de las instalaciones. Para animar el encierro ayer mismo pusieron en marcha una iniciativa con la que pretendían implicar a toda la comunidad académica y que consistía en hacerse una foto con el cartel "yo amo mi biblioteca" o descargarlo, hacerse la foto y compartirla en las redes sociales en señal de adhesión a las reivindicaciones del alumnado a imagen de la que se hiciera hace un tiempo en favor de la oficialidad de la "llingua" asturiana.

En el capítulo de apoyos, la Sociedad Cultural Gijonesa y el Conseyu de la Mocedá de Gijón mostraron también su solidaridad con la movilización estudiantil. Al "rechazo total" al cierre que mostraron desde la primera de las dos entidades asociativas sumaron desde el Conseyu una crítica directa a la política del vicerrectorado de Investigación y Campus de Excelencia Internacional que "aprovecha una jubilación para eliminar un puesto de trabajo que no se cubre". Su presidente, Javier Suárez Llana, planteó de cara a la reunión que la comunidad universitaria mantendrá esta mañana con la vicerrectora Paz Suárez Rendueles, que no se trate de una mera explicación técnica "a la que nos tiene acostumbrados, apelando a reducciones presupuestarias del Principado y el Gobierno central. Los estudiantes tienen propuestas encima de la mesa que son razonables y asumibles, y el vicerrectorado debe hacer un esfuerzo por escucharles y llegar a acuerdos".

Desde la Sociedad Cultural Gijonesa recordaron asimismo que los estudiantes no solo sufren la reducción de becas y la subida de tasas, la falta de calefacción en las aulas y la suspensión del servicio de reprografía sino que ahora también "les están impidiendo la consulta de los fondos bibliográficos".

Ante esta situación, en los últimos días han surgido varias propuestas planteando aprovechar el convenio del Ayuntamiento de Gijón con la Universidad para destinar fondos a la reapertura de la biblioteca del edificio polivalente.