El 28 de abril un autobús cargado de trabajadores de Tenneco partirá rumbo a Bruselas. Allí, en dependencias de la Unión Europea (UE), se encontrarán el día 30 con Hari Nair, vicepresidente de la multinacional, en una reunión presidida por el director general de Empresa e Industria de la Comisión Europea, Daniel Calleja. Se iniciarán así las nuevas negociaciones con la empresa tras haber recapacitado ésta y mostrado su interés en reabrir la fábrica gijonesa.

"Lo primero es que abran la planta con sus 216 trabajadores, y luego ya hablamos del resto", señaló ayer Isaac Piñera, presidente del comité, en la asamblea de trabajadores en la que adelantaron algunas líneas básicas de la negociación. Se trata pues de una exigencia inicial de los trabajadores de cara a tratar sobre la reducción de plantilla que marcó como imprescindible para reabrir la fábrica de la multinacional su presidente, Sherril, en las negociaciones en Roma con Antonio Tajani, comisario de Industria de la UE.

Allí, Sherril y Nair también hablaron de una reapertura con una intención inicial de traspasar la fábrica transcurrido un periodo de dos años. Es éste el punto que más preocupa a la plantilla. Por ello, entre las exigencias en la negociación el comité incluirá un "plan de viabilidad para la planta". Es decir, la búsqueda de un horizonte más amplio para la permanencia de Tenneco en Gijón.

Otra exigencia que avanzaron en la asamblea se refiere al litigio que mantienen con la empresa, y en el que ya han obtenido una sentencia logrando que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) declarase nulos los despidos por el cierre de la fábrica. Una sentencia que ha sido recurrida por la multinacional ante el Tribunal Supremo. El comité de empresa exigirá a la firma norteamericana que, dado que han decidido reabrir la planta, retire ese recurso.

En cualquier caso y más allá de los puntos de la negociación, que están pendientes de concretar con la firma, el comité animó ayer a la plantilla a mantener su unidad. "Ya están intentándolo, pero no nos pueden dividir. Somos un paquete de 216", señaló Samuel Fernández, delegado de la CSI. Ahí está uno de sus grandes retos, que la negociación de la reducción de plantilla y cuestiones como prejubilaciones o recolocaciones no siembre la discordia en una plantilla que es una piña.