La última imagen proyectada ayer por la profesora del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo Montserrat Jiménez en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón era una ilustración del mítico cuento "Alí Babá y los cuarenta ladrones", en la que se podía distinguir una cueva llena de tesoros, como la que podría acudir a la mente de cualquier persona que se valiera del imaginario popular. "Siento no haber hablado de tesoros como todos los conocemos", se disculpaba la ponente, tras disertar acerca de las cuevas, en especial las asturianas, como unos perfectos archivos de información geológica.

Y es que Jiménez, a lo largo de su ponencia, dejó claro que bajo nuestros pies hay auténticas riquezas, aunque no estén compuestas de cofres de diamantes y copas de oro, sino de estalactitas y estalagmitas de un gran valor científico, gracias a los cuales se puede datar gran parte de los acontecimientos que ocurren ya no solo en el interior de las simas, sino también en el exterior, fuera de las cuevas.

Estos "relojes geocronológicos", como los definió la propia Jiménez, permiten conocer mejor algunos aspectos tanto regionales, como las fluctuaciones de los ríos; como globales, como es el caso del manido cambio climático, todo gracias a este "ambiente restringido" que favorece la conservación de los registros geológicos, a refugio de la intemperie.

Jiménez, explicó distintos métodos para poder medir y datar estos "documentos geológicos" para, a posteriori, poder "reconstruir historias", tanto del clima como de nuestros propios antepasados, que poblaron estos lares hace varios miles de años, con el innegable potencial científico que esto entraña para conocer el pasado de nuestro planeta.

La geóloga fue presentada por Pablo Pascual, miembro de la Sociedad Geológica Asturiana, quien alabó las enormes posibilidades que se extraen de estos avances para poder "descubrir un gran patrimonio de lo que no se ve". Además, Pascual aseveró al nutrido público la intención que tenía de "seguir divulgando y difundiendo todos aquellos procesos geológicos que tienen interés", en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.