Su abuela Guillermina les enseñó, desde muy pequeños, los valores del campo, de la vida en la aldea. Y los enseñó tan bien que los hermanos Javier (38 años) y Manuel Niembro (42 años), tras estudiar en la Universidad de Oviedo, -uno Derecho, el otro Relaciones Laborales y luego ambos Geografía- optaron por regresar a Asiego, un precioso pueblo de Cabrales, y hacer de su aldea una enseñanza viva y constante destinada, principalmente, a los turistas, mediante la Ruta'l Quesu y la Sidra, donde muestran a los viajeros el pasado y el presente de cómo se gestiona una aldea y de cómo se encuentra diversificada su economía a través de los recursos existentes. De igual forma también sus otros abuelos, Enrique y Josefa, fomentaron en ellos el amor por la aldea.

Hoy, visitar Asiego de la mano de los hermanos Niembro es conocer parte de la historia de la casería asturiana en la zona en la que viven, haciéndolo de una forma adaptada a los tiempos que corren. «Hay que mantener la tradición, es cierto, pero no por ello hay que dejar de modernizarse», matiza Javier. Profundos enamorados de su tierra y de las costumbres del campo, intentan transmitir a los turistas todo lo que tiene que ver con la vida en una casería y así, a través de esta ruta, organizan una visita a la quesería de J. A. Bueno y a la cueva donde cura el queso, ofreciendo una amplia y detallada información sobre el cabrales, para pasar más tarde a explicar, a lo largo del recorrido, cómo es la vida cotidiana en la quintana, cómo se manejaban los rebaños mixtos (cabras, vacas y ovejas) y cómo era el pastoreo en los puertos del Cuera y de los Picos de Europa.

También se visita una pumarada y allí se explican el cultivo y las variedades de manzana de sidra para visitar finalmente el llagar, donde se muestra el método de elaboración artesanal de la bebida asturiana por excelencia. El colofón lo pone una comida o una cena con los productos más representativos de la zona, todo ello regado con la sidra que elaboran los propios hermanos Niembro. Hace poco, igualmente, han renovado el bar familiar, antiguamente también tienda, que ya está, como el resto de la ruta por el pueblo, dando sus primeros frutos.

Javier y Manuel Niembro no sólo creen en lo que hacen y en las posibilidades que existen en los pueblos, sino que, además, hacen un llamamiento «a la cooperación entre las aldeas. Es cierto que existen muchas dificultades si se quiere partir de cero, casi todas impuestas por la Administración, y, sin embargo, creemos que hay que luchar por el campo, donde hay muchos y variados recursos que se pueden aprovechar sin esquilmar», afirma rotundo Manuel Niembro, mientras que Javier añade que «el campo puede parecer muy bucólico, pero requiere mucha dedicación y mucho esfuerzo. Si te metes en esto tienes que estar muy convencido de lo que vas a hacer».