La falta de inversores en Asturias, la principal traba entre los jóvenes para el emprendimiento

Cuatro empresarios asturianos menores de 30 años exponen sus experiencias en un acto de Compromiso Asturias XXI celebrado en Madrid

Por la izquierda, Ana Otero, Carlos Arboleya, Lucía Camporro –moderadora–, Jorge_Martínez y Claudia Armas

Por la izquierda, Ana Otero, Carlos Arboleya, Lucía Camporro –moderadora–, Jorge_Martínez y Claudia Armas / .

Jóvenes, sobradamente preparados y con el objetivo de levantar un proyecto empresarial. Así podría resumirse a los cuatro ponentes del primer ciclo de coloquios "Jóvenes asturianos. Liderazgo innovador" que se celebró este jueves 9 en la Universidad de Nebrija, en Madrid. El acto, organizado por Compromiso Asturias XXI, reunió a Carlos Arboleya, Claudia Armas, Jorge Martínez y Ana Otero, cuatro asturianos menores de 30 años que tienen dos cosas en común: todos salieron de Asturias para formarse y encontraron en Madrid un lugar donde dar el pistoletazo de salida a sus proyectos. En la comparecencia, los jóvenes asturianos presentaron sus iniciativas y respondieron a preguntas como los principales retos a la hora de emprender, la diferencia a la hora de hacerlo en el Principado o fuera y los desafíos que se encontraron en su camino.

Carlos Arboleya, ovetense de 28 años, partió a Madrid con 18 para estudiar Derecho y ADE. En el último año de carrera, se planteó crear una plataforma para contratar clases de esquí que con los años se reformuló hasta el proyecto actual: Luca, un entrenador inteligente que te guía a través de WhatsApp, personaliza tu plan de entrenamiento y planifica tu dieta. "Era inviable llevarlo a cabo en Asturias", asegura Arboleya, y es que la captación de inversores en el Principado "es casi imposible", y añade: "Podría trabajar donde quisiera, desde Asturias, pero los inversores están fuera. Desde Madrid me voy y vuelvo de Barcelona en el día. Es necesario luchar por lo nuestro, mejorar conexiones, y que los jóvenes quieran estar aquí".

Por su parte, Armas, arquitecta caraviense y fundadora de Métrica8, permanece en Asturias con su proyecto que nació "para volver a los orígenes", orientado a la reforma y adecuación del patrimonio antiguo asturiano. Tras varios años trabajando en Baleares y Madrid, hace un año se lanzó en su proyecto centrado en la sostenibilidad para desarrollar una arquitectura "que vuelve a la vernácula de los lugares asturianos". Entre sus mayores dificultades, Armas plantea el handicap de ser joven y mujer en un sector "mayoritariamente masculino", ante lo que ha tenido que mostrar "siempre cinco veces más que un hombre". Por otro lado, reivindica la necesidad de implementar redes de apoyo entre jóvenes para solventar la falta de personal en Asturias. "La falta de profesionales hace muy difícil desarrollar el trabajo y se debe a la escasez de gente. Es necesario organizarse para incentivar el apoyo entre los jóvenes porque quieren trabajar, pero a veces es difícil acceder a ellos".

La fundadora de Cervezas la Prestosa, Ana Otero, lleva ya 10 años en Madrid, a donde se fue para estudiar Derecho y Ciencias Políticas y tiene actualmente establecida su base. Sin embargo, su proyecto empresarial "se lanzó" en Asturias, donde asegura que logró una acogida "espectacular" desde el primer día, opuesta a la que habría tenido en Madrid. "El nombre recuerda a Asturias, una región más intergeneracional que Madrid. El boca a boca, el apoyo de amistades, facilita que se difunda y se recomiende", señala Otero, para quien la implicación y apoyo de la sociedad asturiana "un empujón" para un proyecto personal "que generó interés". Sin embargo, Otero apunta a las trabas burocráticas como un palo en la rueda para el emprendimiento, así como la falta de apoyo financiero por parte de la administración. "Las exigencias son imposibles de cumplir. En Asturias falta retención de talento. Si no se aplican medidas, los jóvenes se van".

Por otro lado, Jorge Martínez, ingeniero de Minas, compagina su trabajo con su negocio: El Hachódromo, un espacio de lanzamiento de hachas que instaló en Madrid y Sevilla y que próximamente llegará a Gijón, y que inició "construyéndolo" él mismo junto a sus socios por las noches. "Es algo novedoso que despierta el lado salvaje", apunta. Martínez, que lamenta las trabas burocráticas, apunta a otro aspecto como motivo de su inicio de proyecto en Madrid: la escala y demografía. "En Madrid tienes acceso a 5 millones de personas, muchas jóvenes, mientras Asturias pierde población". Pese a ello, encuentra espacio para la esperanza: "Emprender es posible".

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