Salas,

Lorena VALDÉS

Inactividad, ausencia de operarios y grúas, maquinaria parada, viaductos abandonados y mucho trabajo por hacer. Este es el aspecto que presentan los tres tramos pendientes de la autovía del Suroccidente (Doriga-Cornellana), (Cornellana-Salas) y (Salas-La Espina), a comienzos de un año en el que la infraestructura debería estar finalizada en su totalidad según los viejos plazos, previos al parón general decretado por el Ministerio de Fomento.

Esto último, unido a los anteriores retrasos han creado una imagen en la antigua zona de obras que genera la apatía y desilusión entre los vecinos y políticos del concejo, que se sienten «más engañados y olvidados que nunca». A la espera de que se reanuden los trabajos, el ganado campa a sus anchas en muchas partes de un trazado que, actualmente, conduce a ninguna parte mientras sus dueños lo miran de reojo entre la crispación y el desencanto.

El deseo de acercarse al centro del Principado se le ha atragantado al municipio salense. La desaparición a finales del año pasado de la totalidad de las grúas del viaducto que comunicará Doriga con Cornellana, con los pilares a medias de hacer, ha sido el último revés al avance de esta autovía que se quedó estancada en julio de 2010 con la inauguración del tramo Grado-Doriga.

«Nos han mentido tantas veces con este proyecto que es lógico que la sociedad ya no se crea nada, sobre todo ahora que no hay movimiento alguno», afirma el Alcalde de Salas, el socialista José Manuel Menéndez.

La situación en los dos tramos restantes (Cornellana-Salas) y (Salas-La Espina) es muy similar y los vecinos la califican de abandono. Nadie duda de que la autovía se terminará otra cosa muy distinta es cuando. «¡Esto no se va a quedar así, sería una aberración!», sentencia el regidor socialista que tiene claro que el futuro del municipio está condicionado por la mejora de las comunicaciones.