Vegadeo,

T. CASCUDO

El escritor lucense Xabier Docampo sedujo ayer a los estudiantes del Instituto veigueño «Elisa y Luis Villamil» con un discurso cercano y humilde sobre la importancia de la lectura en la formación de las personas. Docampo les animó a leer como la mejor vía a la sublevación: «La lectura no sólo es el camino más libre de formación, sino que es un camino de rebelión. Leer es de rebeldes». El escritor, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1995, participó ayer en uno de los encuentros con autor que promueve el Foro Comunicación y Escuela del citado centro veigueño.

Docampo defendió la importancia de la literatura para el hombre y, sobre todo, para la formación. Por eso recomendó a los estudiantes que lean todo cuanto puedan -menos los periódicos deportivos, bromeó-, pues es la vía más libre y democrática para formarse. «Cuando lees estás ejerciendo en plena libertad tu formación». Docampo se sirvió de esta idea para explicar el motivo por el que el poder se ha enfrentado a los libros a lo largo de la historia: «Los libros siempre son sospechosos y, a lo largo de la historia, siempre hubo alguien que los quemó. Siempre alguien puso el ojo en el libro y la razón reside en la libertad que dan. Por eso dan tanto miedo al poder», manifestó.

No obstante, el autor de Rábade (Lugo) no quiso cargar al sistema educativo la culpa del escaso interés de los jóvenes por la lectura. El papel de los docentes, precisó, es lograr que los jóvenes sepan leer correctamente, pero la inquietud de leer para conocer el mundo debe ser de los propios estudiantes. También les recomendó interesarse por la literatura en general y no por un autor en particular: «Tratad de leer siempre como si todos los libros fueran anónimos. Intentar leer algo por el nombre del autor no es lectura, es pleitesía».

Muchas de las preguntas que ayer respondió el lucense versaron sobre su novela «La casa de la luz», libro de lectura obligada en el centro y que recientemente ha sido llevada al cine. En este sentido, el director prometió cumplir la promesa de visionar la película en el Instituto con la presencia del director, Carlos Amil, y de algunos actores de la cinta.

El libro cuenta la aventura de un grupo de niños que descubre a un personaje, de nombre Pumariño, que les ayuda a viajar al interior de los cuadros. Docampo explicó que su intención con el argumento no fue otra que mostrar a los jóvenes «la oportunidad que da el arte de abrir los ojos y ver otras realidades, como las injusticias».

En el coloquio, de más de una hora de duración, también preguntaron al autor su opinión sobre la política lingüística gallega. Docampo cuestionó muchos planteamientos adoptados en esta materia y zanjó: «Me duele que por unos políticos determinados mi lengua y la de millones de gallegos desaparezca».

Docampo terminó confesando a los alumnos que el día más feliz de su carrera será aquel en el que escriba una página que le guste tanto como alguna de las que ha leído.