El patio del instituto se cubrió de folios blancos pegados entre sí para formar la palabra paz y el dibujo de la paloma picassiana. El director del centro, con muy buen criterio, había puesto a los alumnos más alborotadores a cargo de la ejecución de la obra. A la hora del recreo, durante el tedioso minuto de silencio programado, unos aburridísimos compañeros se dedicaban a dar pataditas a los papeles. Los esforzados autores, ofendidos por el desprecio demostrado hacia su trabajo, la emprendieron a mamporros con quienes manifestaban tan poca sensibilidad artística, y aquello acabó en una reyerta multitudinaria. El pasado día 9 de febrero hubo un pleno extraordinario solicitado por el PSOE en el municipio de Salas con un único punto del día «Acuerdo de cooperación entre partidos». Acabar, no acabaron a mamporros, pero los solicitantes cogieron sus bártulos y en medio de la sesión se largaron dejando estupefacto al resto del personal ¿Pero por qué me habré acordado de la historia estudiantil?