La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sidra de madre coañesa

José Antonio Lebredo, pionero en la comarca en la cosecha de manzana autóctona, produce 40 toneladas al año en Villacondide para los lagares del centro de la región

José Manuel Murias, durante la recolección de manzanas. Gustavo García

Pocos pueden imaginarse que cuando escancian un culín de una botella de sidra embotellada en un lagar de Gijón, se estén tomando, realmente, el jugo de manzanas del Occidente. En concreto, de la localidad coañesa de Villacondide, en la que llegan a recogerse, cada otoño, hasta cuarenta toneladas de fruta por temporada para su posterior venta y transformación en la bebida asturiana por excelencia.

Todo se debe a la iniciativa de un pionero como José Antonio Lebredo, vecino de la localidad, que después de que en su caserío se decidiese abandonar la ganadería de leche trató de sacar algún tipo de provecho a sus fincas. "Al dejar los prados libres había que hacer algo con ellos", explica este coañés. Decidió entonces dedicar sus tierras a la producción del fruto prohibido para Adán y Eva, una producción muy poco corriente en el Occidente asturiano.

"Empecé en 1999, casi por casualidad", explica Lebredo. "Iba a plantar con eucaliptos una finca de media hectárea aquí al lado de casa pero, al informarme, vi que desde la Consejería financiaban al cien por cien la plantación de manzanos de sidra". De esta manera comenzó un proyecto que no ha dejado de crecer en los quince años que lleva funcionando, desde esa primera hectárea a las cuatro que mantiene en la actualidad.

José Antonio Lebredo puede considerarse pionero de este tipo de agricultura en la comarca, ya que nadie lo había intentado a tal escala antes que él. "Cuando planté yo, por la zona no había ninguna plantación de manzanas de sidra", asegura. Por tanto, desconocía qué variedades podrían darse bien en esta zona y cuáles no resultaban rentables. No le quedaba otra que acudir al método de prueba y error, y a la diversificación de especies. "Como no sabía qué tipo de manzanas se darían bien decidí plantar un poco de todo: hay 17 variedades de manzana, de las 23 que se encuentran catalogadas dentro de la denominación de origen". De este modo, las que mejor se dan han ido aumentando su presencia en los terrenos de Villacondide, hasta alcanzar las casi cuatro hectáreas plantadas en la actualidad.

Este año, en el que esperaba una gran producción de manzanas, José Manuel Lebredo reconoce que ha habido algún problema, debido "al orbayo que hizo que no cuajase cierta floración" en una serie de manzanos. Otros, con un ciclo diferente, sí que han estado a la altura, compensando la baja producción de los primeros. Sin embargo, el productor coañés no ve esta situación como algo necesariamente negativo, pues esto favorecerá que el año próximo la cosecha sea también más estable. "Si viene un año muy bueno, se debilita el árbol para la siguiente temporada, no está equilibrado", explica Lebredo. La producción se destina íntegramente a la fabricación de sidra natural, a través de la venta a la cooperativa Campoastur. Y toda es transportada finalmente a un conocido lagar de Fano, en Gijón, para su procesado.

Familiares, amigos y vecinos de José Antonio Lebredo se reúnen todos los otoños desde hace más de diez años para la recolección anual del fruto. De forma desinteresada. todos colaboran dentro de sus posibilidades para contribuir a que la cosecha llegue en buenas condiciones al lagar. "Es un chaval que lo merece todo, siempre que necesitas ayuda él es el primero en ofrecerse", cuenta José Manuel Murias, uno de los vecinos que acudió el sábado a la recogida de la manzana. "Ya son muchos los años que llevamos viniendo, y se trabaja mucho, pero con placer", explica Murias. Al final de la jornada de trabajo, todos disfrutaron de una comida de hermandad, celebrando que, un año más, en muchos rincones de Asturias se escanciará sidra de origen coañés.

Compartir el artículo

stats