Leer mucho para tener soltura en el manejo del lenguaje; disponer de una mirada curiosa, dado que cualquier objeto puede ser materia literaria, y contar algo que emocione, que haya llegado a lo más profundo, son las tres claves para convertirse en escritor que la autora Ana Alcolea expuso ayer a los alumnos de primer y segundo curso de Secundaria del Instituto Elisa y Luis Villamil, de Vegadeo, durante un encuento celebrado en el marco del VI Foro Comunicación y Escuela del centro educativo.

"Todos los días nos ocurren cosas que nos pueden emocionar y sobre las que podríamos escribir; sin embargo, muchas veces no abrimos los ojos para contemplar lo que sucede a nuestro alrededor", explicó la escritora aragonesa, especializada en literatura infantil y juvenil.

Dos de sus obras fueron especialmente comentadas, "El medallón perdido" y "La noche más oscura", de lectura obligatoria para los escolares. Ambos tienen relación con la vida de la autora, que comenzó a escribir la primera novela, su ópera prima, cuando uno de sus primos falleció en un accidente de avioneta en el corazón de África. "Aquel accidente, que se llevó a una persona muy querida, me creó la necesidad de escribir sobre ello". Así, en "El medallón perdido", el padre del protagonista fallece en un siniestro similar.

También posee matices autobiográficos "La noche más oscura", que localiza la historia en Noruega, de donde es la pareja de Alcolea.

"Cada uno ha vivido los libros de forma distinta, porque somos diferentes", explicó Ana Alcolea, quien destacó que es el lector el que culmina una obra al pasar sus páginas. "Tenemos una especie de relación de simbiosis, la novela nos da cosas, nos ponemos en la piel de los personajes. Al mismo tiempo, transformamos los libros que leemos, les damos nuestra mirada. Cada uno está creando un libro diferente a partir del mismo texto", reflexionó.