Posada (Llanes)

-La asociación nació en el año 1999 con el objetivo de que los chicos entre los 11 y los 18 años se relacionasen entre sí, ¿lo han conseguido?

-Sí, creo que sí. De aquella, yo no formaba parte de la asociación, pero sí se consiguió, porque a partir de ahí empezó a surgir todo y a día de hoy tenemos nueve proyectos en ese ámbito.

-¿Cree que aún existe esa tendencia a la individualización?

-Por una parte sí, pero por otra no. Por ejemplo, un grupo de niños de Posada de Llanes formó una pequeña asociación que se llama «La Escuelina», que trata de recuperar aquellos orígenes, de hacer actividades con los críos de la localidad. Pero aún hay niños en las zonas rurales con dificultades para relacionarse porque hay pocos niños, no cuentan con actividades, su vida es muy limitada.

-¿Lo achacan a las características de las zonas rurales?

-En Nueva y en Colombres sí es por las características del mundo rural, muchos padres trabajan y los críos están todo el día con personas mayores, lo que más abunda. Si lo llevamos a Llanes, se intenta que tanto los críos gitanos como los no gitanos estén lo más a gusto posible.

-¿Cómo ve la integración de los niños gitanos?

-Cuando empecé a trabajar sí había separación, pero a día de hoy los conflictos que tienen son los normales de cualquier crío.

-¿Notan los niños el empeoramiento de la situación económica?

-Sí, mucho, las familias se desestructuran. Cuando tienes dinero, aunque tengas problemas familiares, no se ven, pero cuando falta salen a la luz. El problema del 99 por ciento de los críos con los que trabajamos está en la familia. Igual que absorben todo para aprender, lo malo también. El instituto cada vez te deriva más críos con más necesidades, con más problemas, y luego te encuentras con que la Administración cada vez tiene menos recursos, pero bueno, tú lo que intentas es que ellos no sufran.

-¿Han cambiado las carencias de los niños desde que fundaron la asociación hasta ahora?

-Sí, antes trabajábamos sobre todo un sistema de socialización, y ahora te encuentras carencias afectivas, económicas, sociales y educativas. Me imagino que siempre estarían ahí, pero creo que ahora hay más. El volumen de críos con problemas va en aumento, hoy por las circunstancias de la crisis sobre todo. También contamos con más recursos para ayudarles, cosa que es buena porque va en su beneficio.

-¿Qué necesita la asociación para mejorar su intervención en este panorama?

-Una estabilidad económica. Anteponemos siempre los críos al dinero, pero para dar seguridad y continuidad a los proyectos necesitamos una estabilidad económica. Si mañana se acaba el proyecto porque no hay dinero, el crío va a seguir teniendo el problema porque va a la calle. A día de hoy va saliendo todo, pero con mucho retraso.

-¿Cómo se financian?

-Ahora mismo tenemos el apoyo de los ayuntamientos de Llanes y Ribadedeva y del Principado. Con el nuevo acuerdo marco de la Consejería de Bienestar Social habrá más estabilidad.

-En el debate sobre el «botellón» propusieron que los bares abrieran por la tarde sin alcohol, ¿lo han conseguido?

-De aquella creo que no se consiguió, pero ahora los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Llanes van a poner en funcionamiento un espacio sin alcohol, ya tienen algún bar.

-¿Cree que el consumo de alcohol entre los más jóvenes es un problema en la comarca?

-Sí, porque cada vez empiezan a beber a edades más tempranas y sin conocimiento de ello. Aunque sepas que lo van a hacer, intentas por lo menos darles unas pautas o decirles los problemas que pueden tener, de los que muchas veces no son conscientes. Es como el sexo, que van a hacer, pero que sepan lo que puede pasar. En casa son temas que no se tratan, a nosotros nos ven más cercanos y sí que se intentan trabajar en los talleres, por ejemplo, del centro de día.

-¿Qué actividad tienen en este centro?

-Es para adolescentes de 12 a 17 años y se hace apoyo escolar, tienen taller de salud, taller de conocimiento del entorno, hacen videofórum y ahora van a tener unas jornadas interculturales. Se intenta tratar diversos temas que les puedan interesar, que lo sientan como suyo y que sea un espacio de encuentro y de amistades, que se puedan solucionar conflictos de otros ámbitos.

-También gestionan un hogar de día.

-Sí, para menores en riesgo de exclusión social de 4 a 17 años. Están aquí por las tardes, hacen los deberes, se les planifica el estudio, meriendan, tienen su vida diaria. Se les va a buscar a casa y comen aquí. El hogar está abierto todo el año, ahora mismo tenemos cuatro, tres hermanos y una niña, y en los períodos vacacionales aumenta uno más.

-Son de las pocas asociaciones juveniles activas en la comarca, ¿qué cree que les pasa a los jóvenes de esta zona?

-No hay conciencia de crear asociaciones, pero, por otra parte, sí participan. Si está el recurso y lo aprovecho, bien, pero no tengo iniciativa para crear una y hacerlo yo. Tienen una gran desmotivación y el vivir en los pueblos también influye, porque entre ellos sólo tienen relación en el instituto o en el colegio.

-¿Por qué cree que sería importante que hubiera más?

-Sería necesario porque dinamizas mucho a la juventud, creas un clima muy bueno para ellos. Hoy en día, volviendo a lo de la crisis, no están muy centrados y consigues que se centren en actividades y abran un poco la mente, que lo que necesitan es abrir la mente.

-Desde el centro de voluntariado de El Prial apuntaban que si no se fomenta la participación infantil difícilmente habrá participación juvenil.

-Sí, es verdad. Hay que trabajar en el ámbito de la infancia, la juventud es el futuro pero la infancia con una buena base es tremenda. En mucha de la desmotivación la culpa la tienen los padres. No se fomenta que se relacionen.

-¿Han pensado en ampliar su actividad a otros concejos?

-No, de momento queremos asentar los que tenemos, que ya cuesta bastante, sobre todo en estos tiempos. Participación de los críos hay, se ve que tienen inquietudes, que sólo necesitan un apoyo detrás, alguien que les respalde. Estaría bien aumentar el ámbito, pero de momento creo que con lo que tenemos, tenemos bastante.

-¿Qué proyectos les gustaría poner en marcha si tuvieran recursos económicos?

-Teníamos una propuesta que empezamos mirando nosotros y luego se abría a más asociaciones dentro del concejo de Llanes, como Cruz Roja y otras que estarían dispuestas a ayudarnos. Sería un comedor solidario, para transeúntes, peregrinos y para todas esas familias que lo están pasando mal ahora, para que por lo menos pudieran hacer una comida caliente al día. No existe un comedor de este tipo en toda la comarca. Incluso habíamos miramos local, había disposición, pero económicamente todavía no era viable, es algo que está ahí. También el acompañamiento a mayores, que empezamos a hacerlo pero está parado.

Avilesina, historiadora y educadora social

Begoña Roiz Sainz-Pardo nació en Avilés en mayo de 1983. Estudió hasta COU en el Colegio San Fernando y luego se licenció en Historia en la Universidad de Oviedo. Es una de los catorce monitores empleados en «El Patiu», fundada en 1999, y que junto a veinte voluntarios atienden a unos 110 críos de 4 a 17 años de los concejos de Llanes y Ribadedeva. Ella empezó de voluntaria en la sede que la asociación tiene en Colombres en 2008 y en 2010 pasó a trabajar a jornada completa. Es monitora, se ocupa de la función educativa de la asociación y es responsable de los proyectos «Olinda», «Pumarada» y «Veleta». Está estudiando Educación Social por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).