La zona de Las Marismas, en la villa de Llanes, se ha convertido este verano en punto de encuentro de centenares de jóvenes, que se citan para celebrar «botellones»; sobre todo, los fines de semana. No obstante, no fue en fin de semana, sino en la noche del miércoles cuando se registró el mayor «botellón» habido hasta la fecha este verano en la capital llanisca. Cientos de jóvenes se citaron a través de las redes sociales en torno a un evento festivo organizado por un local de la zona. La llamada de un empresario del lugar implicó la intervención de la Policía Local, que desalojó a varias decenas de jóvenes, aunque finalmente los dos agentes que intervinieron en Las Marismas no interpusieron ninguna denuncia. En el «botellón» participaron cientos de jóvenes, según indicaron testigos presenciales.

El «botellón» sigue de moda en Llanes. Y no sólo en las fiestas «de prau». También en la capital del concejo se reúnen los jóvenes para beber y compartir noches de fiesta. El miércoles se había anunciado en un local de la localidad una fiesta denominada «Fuck Llanes», con la actuación de varios Djs. La entrada al evento costaba 6 euros si se adquiría la entrada por anticipado o en la puerta del local, antes de la una de la madrugada y habiéndose apuntado previamente en una lista. Entrar sin figurar en la lista subía hasta los 8 euros. Las algo más de 600 entradas que se pusieron a la venta se agotaron rápidamente. Decenas de chavales se quedaron sin poder entrar a la fiesta y muchos de ellos optaron por unirse a los cientos que ya habían programado el «botellón» en las inmediaciones, trayendo consigo las bebidas, que previamente habían adquirido, preferentemente, en supermercados.

Los mensajes que ayer se podían leer en las diferentes redes sociales, escritos por los participantes tanto en «Fuck Llanes» como en el «botellón», denotaban el éxito de ambas convocatorias y reclamaban nuevas celebraciones similares. Llanes tiene una estricta ordenanza contra el «botellón» y contra el consumo de bebidas en la calle, que entró en vigor en julio de 2010 y prevé multas de hasta 3.000 euros.