Pablo GALLEGO

El tenor Juan Diego Flórez, una de las estrellas más rutilantes del panorama lírico mundial, regresará a Oviedo el próximo 4 de diciembre en un concierto organizado por Cajastur a beneficio de Proyecto Hombre. Los «Florezidos» asturianos, fans del tenor, y el público lírico del Principado están de enhorabuena, ante la que será la tercera visita de Flórez a Oviedo, la primera acompañado por una orquesta.

La Orquesta de Cámara «Württemberg» de Heilbronn (Alemania), dirigida por Alessandro Vitiello, interpretará junto a Flórez, según los organizadores, oberturas y arias de ópera de Rossini, Cimarosa y Verdi. En las previsiones para el concierto se echan de menos compositores como Donizetti o Bellini, inseparables del repertorio de Flórez, el más grande tenor ligero de la actual etapa lírica, tras la estela de Alfredo Kraus. No obstante, en la web del tenor el concierto de Oviedo aparece incluido en la gira de su disco «Bel Canto spectacular» -basado en arias de Rossini, Donizetti y Bellini-, con la que, el mismo mes, visitará el Palacio Euskalduna de Bilbao y el Auditorio «Manuel de Falla» de Granada.

El pasado mes de abril, la entidad bancaria ya negociaba la actuación de Flórez, que ahora se confirma. Cajastur fue también la organizadora de su último concierto en Oviedo, también benéfico, el 8 de noviembre de 2007, cuya recaudación se destinó a las víctimas del terremoto que afectó a varias zonas de Perú, patria del tenor. Casi tres años antes, el 24 de octubre de 2004, Flórez debutaba en Asturias con un recital en el teatro Campoamor, dentro de la LVII temporada de la Ópera de Oviedo.

En ambos conciertos, Flórez (Lima, 1973) estuvo acompañado por el pianista Vincenzo Escalera, y el público asturiano -al que se unieron aficionados venidos desde Cantabria, el País Vasco, Madrid o Barcelona- convirtió la actuación de Flórez en un acontecimiento lírico de dimensiones memorables, con bravos y gritos desde el proscenio del teatro y propinas como «Ah, mes amis, quel jour de fête», de «La fille du régiment» de Donizetti, un bis de del «Cessa di più resistere» de «El barbero de Sevilla» rossiniano, y «La donna è mobile», de «Rigoletto».

La carrera de Juan Diego Flórez parece estar siempre en un continuo ascenso. Pavarotti le señaló como su «sucesor» -el histórico tenor italiano cantaba en su juventud el mismo repertorio que Flórez-, aunque el propio Flórez se encargó de asegurar que no era así, y este mismo año Plácido Domingo le calificó como «el más grande tenor ligero de todos los tiempos». «Es el máximo de su categoría. No me acuerdo de otro que haya cantado así ese repertorio tan difícil que él interpreta», apuntó su compañero de cuerda.

Con 37 años, Flórez se enfrenta a una decisión vital a la hora de orientar el futuro de su carrera: mantenerse fiel al repertorio con el que ha alcanzado la cima de la lírica, o explorar nuevas posibilidades de su voz. Aunque lo suyo es el belcanto, campo en el que exhibe una técnica vocal depurada, fraseo exquisito y agudos portentosos, hace un par de años coqueteó con el Duque de Mantua de «Rigoletto», su primer Verdi. Tras cantarlo en su ciudad natal y en Dresde (Alemania), Flórez canceló su presencia en el Real en este mismo rol para no poner en peligro su salud vocal. «No me siento cómodo en el papel», afirmó entonces. Mientras tanto, su instrumento le ha permitido sacar al mercado cinco discos distintos.

En un mes, Juan Diego Flórez regresa a Oviedo. Los aficionados le esperan ansiosos y los beneficios del concierto -que, si la salud le respeta, sumará otro éxito a su carrera- irán a parar a una buena causa.