Ch. N.

Los primeros encuentros entre la Administración municipal y la regional reunieron ayer en un despacho de las oficinas del Principado al nuevo consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, y al concejal de gobierno del área, Alberto Mortera, que salieron de allí con un principio de acuerdo por el que las dos partes podrían lograr cumplir deudas pendientes en el terreno cultural. Se trataría, según detallaron fuentes municipales, de dotar a la ciudad de un espacio expositivo de titularidad compartida o gestionado directamente por el Principado, petición a la que Mortera ha encontrado respuesta con la posible cesión del edificio de servicios de 1932 perteneciente al conjunto de la Fábrica de Gas y que pasará a manos municipales con el plan de HC para la reforma del conjunto. El Ayuntamiento vería así cómo Oviedo logra tener un espacio cultural, un equipamiento abierto a una programación flexible, más allá del Bellas Artes, el Arqueológico o el Archivo Histórico, de titularidad regional. La nueva Consejería de Cultura, muy preocupada por las artes plásticas, lograría así dotar a Oviedo de una sala de exposiciones, cuestión urgente según la denuncia de varios colectivos culturales tras el cierre del CAMCO y del Café Español.

La puesta en marcha de esta nueva sala regional de exposiciones dentro del recinto de la Fábrica de Gas podría ser una realidad en el plazo de un año, según las estimaciones del concejal Mortera. Mientras tanto, explica el Ayuntamiento, el Principado aplaude la puesta en marcha, a principios de octubre, de la primera feria de artes plásticas en la plaza de Trascorrales.

Según el concejal Alberto Mortera, la reunión discurrió en un «clima de concordia» que invita «a superar las barreras de los últimos años en lo que respecta a la programación cultural en la ciudad». En síntesis, según la versión municipal, Mortera asegura que el nuevo Ejecutivo, a diferencia de lo que, según su versión, sucedía con el anterior gobierno, parece entender que Oviedo es la capital y que, además, parte de su programación cultural, como la musical, es «una referencia nacional». Por ello el Ayuntamiento ha realizado una oferta y una petición al Principado. De un lado, abre las puertas a todas las programaciones que quiera hacer el Ejecutivo regional en los espacios escénicos culturales: Campoamor, Auditorio, Filarmónica, teatro de Pumarín, de Trubia... Por otro, confían en que la colaboración regional se plasme en un presupuesto que aporte dineros a esas programaciones musicales en las que, hasta ahora, sólo había colaboración en el ámbito operístico.

«La letra de lo que se ha dicho en la reunión», resumió el concejal Alberto Mortera, «suena bien; ahora esperamos que todo este clima de cordialidad tenga reflejo en los números del proyecto presupuestario del próximo ejercicio, que es donde y cuando corresponde fijar la voluntad política».

Después de la «discriminación de los últimos años», en palabras de Mortera, «ahora parece lógico colaborar». El Ayuntamiento certifica, por su parte, que no tratará de competir con ninguna otra ciudad del centro de Asturias y que se limitará a sus especialidades musicales. «No haremos festivales de cine, ni Semanas negras ni programaciones que ya se den en otros espacios culturales, porque así seremos más eficaces y razonables, en favor del conjunto de la ciudad central asturiana», declaró Mortera.

El edil enumeró otras cuestiones sólo planteadas durante la reunión. Por ejemplo, una reforma del patronato del Bellas Artes que permita un funcionamiento más flexible, y que el Ayuntamiento apoyaría. También consejero y concejal, según este último, compartieron el deseo de que la ampliación de este museo concluya lo antes posible,

Otras cuestiones culturales como la ampliación pendiente del teatro Campoamor no se llegaron a tratar, aunque sí la preocupación compartida por el Prerrománico, en especial el arte del Naranco y la iglesia de San Miguel de Lillo.

Mortera ofreció en este aspecto «toda la colaboración por parte del Ayuntamiento de Oviedo» con el objeto de definir espacios libres en el entorno y de acometer cualquier obra que haga falta en la iglesia, con tal de que no se pierdan unas pinturas murales excepcionales.

De regreso al proyecto del espacio expositivo en la Fábrica de Gas, Mortera detalló que el edificio racionalista de la primera mitad del XX se podría entregar a través de una cesión al Principado y que el Ayuntamiento no tendría interés en patrimonializar este equipamiento.