Entrevista | Lioba Mkaficha Moshi Escritora, ponente en las Jornadas de Literaturas Africanas en el edificio histórico de la Universidad

"El principal reto de las literaturas africanas es encontrar más gente que las enseñe"

"Cada vez hay escritores más influyentes en el continente, pero faltan editoriales locales y solo queda la opción de publicar los libros fuera"

Lioba Mkaficha Moshi, en la plaza de la Catedral.

Lioba Mkaficha Moshi, en la plaza de la Catedral. / Luisma Murias

Lioba Mkaficha Moshi (Moshi, Tanzania, 74 años) es escritora y profesora emérita de Lingüística y Literatura Comparada en la Universidad de Georgia (Estados Unidos). Participa hoy desde las 18.30 horas en las VI Jornadas de literaturas africanas en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo. Ya retirada de la enseñanza, centra su actividad en programas sociales para que todos los jóvenes de Tanzania dispongan de las mismas oportunidades. Además, presenta su nueva obra, "Safari Njema", sus memorias.

–Estamos junto a la estatua de "La Regenta", símbolo de la literatura de Oviedo. ¿Qué espera de estos días en la ciudad?

–Es la primera vez que vengo y tengo muchas ganas de participar en estas jornadas internacionales de literatura. Hablaré de mi nuevo libro, que trata sobre mi vida. Y espero que estas conferencias sirvan para dar a conocer mucho más a los autores africanos.

–¿Se sienten poco reconocidos?

–Es una cuestión de desconocimiento. Estamos en el siglo XXI y hay gente que no sabe nada sobre algunos lugares. No colocan Tanzania en el mapa ni nuestro monte Kilimanjaro, pero sí que conocen el Fuji y Japón. Venimos aquí para conectar personas y para que se escriba más sobre África.

–Las jornadas tratan sobre literaturas africanas. En plural.

–Hablamos en plural porque mucha gente comete el error de considerar a África como un único país. Es un continente muy grande con muchos países, religiones y culturas. No somos todos lo mismo, tampoco en la literatura.

–¿Cuál es el estado actual de las literaturas africanas?

–Estamos creciendo, cada vez hay más escritores influyentes en África, que están consiguiendo mucho éxito en su zona. Y que además se leen en todo el mundo. Escribimos en diferentes lenguas, cada una con una cultura que influye en la manera de escribir.

–¿Qué países considera que tienen mayor calidad literaria?

–El oeste de África cuenta con muy buenos escritores. Sobre todo, Nigeria y Mali. También Sudáfrica está a la cabeza del continente en este aspecto. El idioma es otro factor que influye. No es lo mismo escribir en suajili que en inglés.

–¿Es entonces mejor traducir las obras?

–Es un gran dilema. Escribir en la lengua local para mantener la esencia o traducir para tener más posibilidades de ser publicado. En África hay pocas editoriales. Por ejemplo, en Tanzania solo hay una y es propiedad del Gobierno. Si mi libro se hubiese escrito allí, seguramente se habría censurado alguna parte por ser crítico con ellos.

–Necesitan el apoyo de editoriales de fuera. ¿Lo tienen?

–Publicar por primera vez con una editorial de fuera es difícil, pero una vez lo consigues, es más sencillo asentarse. En Gran Bretaña, Oxford está apoyando mucho los libros de autores africanos.

–En la conferencia hablará de que en su vida superó brechas culturales y de género.

–Crecer como chica en Tanzania tiene una barrera de género y de cultura. Hay una cultura para hombres y otra para mujeres. Cosas que hacen unos y cosas que hacen otras. Cuando yo era joven, solo había tres colegios para mujeres en mi región y cientos para hombres. La educación era el primer obstáculo.

–¿Eso ha cambiado?

–Ahora hay más oportunidades. Muchas mujeres tanzanas lo están haciendo muy bien en sus empresas. E incluso la primera ministra del país es una mujer. Pero la cultura sigue estando ahí para bloquear a las mujeres de hacer algunas cosas. Por ejemplo, si estás casada, solo puedes trabajar en la ciudad donde trabaja tu marido.

–¿Cuál es el principal reto actual de las literaturas africanas?

–Encontrar más gente que enseñe literaturas africanas y que tenga capacidad crítica. No tenemos muchos y los que hay son cada vez más mayores. El segundo problema son los políticos, que deciden qué puedes o no puedes publicar.

–¿Cómo de presente está la oralidad en su literatura?

–No está tan enfatizada en la escritura, pero la oralidad es muy importante en la cultura. Es la forma que tienen las generaciones de pasarse el conocimiento. Cuando había luna llena, mi abuela sentaba a todos los niños y les contaba historias que recojo en mi obra. No había ido nunca a la escuela, pero era capaz de inventar cosas para darnos lecciones.

–¿Cuáles son sus proyectos sociales en Tanzania?

–Mi objetivo es que los niños más vulnerables tengan desde que cumplen 5 años las mismas oportunidades que los hijos de los ricos. Lo primero es que coman bien y duerman bien y a partir de ahí ayudarles a que sean lo que quieran ser. La organización trabaja con 25 niños. Quiero que, como hice yo, consigan ser ciudadanos globales y participen del cambio social. Sea en Tanzania, en Estados Unidos o en España.

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