Soprano, interpretará a la Reina de la Noche en la ópera de Mozart que se ofrecerá en Oviedo

Oviedo, Javier NEIRA

Íride Martínez, soprano costarricense, será la Reina de la Noche en «La flauta mágica», ópera de Mozart que se ofrecerá en su primera función el próximo día 13, domingo, en el teatro Campoamor de Oviedo, como tercer título de la LXIV Temporada lírica.

-La Reina de la Noche se ha hecho popular, todo el mundo tararea alguna de sus arias.

-Sí, la Reina de la Noche es una alta referencia dentro de la ópera. Empecé con Pamina. Cuenta hacerse mayor y tener más personalidad para dar el tipo de Reina de la Noche, de madre, por así decir.

-¿Qué prefiere cantar, la Reina de la Noche o Pamina?

-La Reina de la Noche.

-Es la mala.

-Es discutible. No solo reúne la componente de la oscuridad, que, por otra parte, significa muchas cosas y es una idea cargada de símbolos.

-Se enfrenta con Sarastro.

-Presenta y representa los lados negros de una personalidad que no son necesariamente malos. Los lados oscuros. Es la sexualidad, los aspectos escondidos, los sueños, la psique. Lo que no se ve.

-El subconsciente, que diría después Freud.

-Exactamente, exactamente.

-De todos modos, se contradice una música tan brillante con un personaje tan oscuro.

-Tendría que analizarse el rito masónico y lo que significa cada cosa. Todos los personajes hay que verlos en todas sus partes para que sean creíbles.

-Es una ópera muy dualista.

-Hay mucho dualismo, luego no cabe ser extremistas ni tomar parte por uno u otro. La directora de escena Olivia Fuchs quiere indicar eso con su propuesta. La Reina de la Noche no es mala, ni Sarastro, bueno, pues es también manipulador.

-Cuestiones muy profundas en una obra muy divertida.

-No se puede ver sólo lo psicológico y profundo porque se pierde lo que también tiene de juego. En esta puesta en escena hay eso, colores, diversión, juego y fantasía. Es un espectáculo entretenido.

-Para niños incluso.

-Claro.

-Íride es...

-Es un nombre italiano. Mi abuela era descendiente de italianos. No empata mucho con el apellido Martínez. En mi familia hay de todo, como suele suceder en Latinoamérica; esta parte italiana, otra china, ya que el padre de mi madre era descendiente de chinos, y la parte indioide, con los pómulos altos que tenemos...

-Eso es bueno, suma.

-Yo me siento muy bien. Y ahora vivo en Alemania, casada con un austriaco. Se dice que uno viene a la existencia para expandir la conciencia, para aprender.

-La frase que vale para «La flauta».

-Claro, es un viaje de Tamino y Pamina, que se debaten entre dos fuerzas, entre dos componentes.

-¿Cómo se inició en la música?

-Empecé a estudiar en Costa Rica y después y, sobre todo, en Italia, con Mirella Freni.

-Cantó en Oviedo en numerosas ocasiones.

-¿Ah, sí? Es una gran cantante, una gran voz y una gran maestra también. Coetánea de Pavarotti.

-Que también cantó aquí, en el teatro Campoamor, en seis funciones.

-Qué bueno, qué bueno. He creado una fundación en Costa Rica para ayudar a jóvenes cantantes y pienso extenderla a toda Latinoamérica. El caso es que me fui a Italia y realicé mi carrera, sobre todo, en el mundo alemán.

-¿Con Mozart?

-Con todo. Con Mozart, con Strauss y el belcanto, donde me siento muy bien. Pero con la Reina de la Noche estoy especialmente feliz, es un personaje muy lindo.

-¿Qué grado de dificultad tiene Mozart para un cantante?

-Es uno de los compositores más difíciles de cantar. Es como Bach. Es una música muy instrumental, simple y complicada a la vez. Parece ligera y casi para una comedia a veces, pero tiene mucho por dentro, con un tejido muy tenso y denso.

-Y se oye todo.

-Claro, es muy expuesto. Acaba siendo una cuestión de nervios.

-¿Cómo?

-Hay que confiar en que el instrumento, la voz, haga lo que tiene que hacer, confiar en que no hay que luchar con ese factor. Soy una cantante sumamente nerviosa. Tal vez porque soy muy exigente conmigo misma. Incorporo dos componentes simultáneas, una cantante sale nerviosa y otra, de la mano, disfruta. Si no disfrutásemos no lo haríamos. Ya en el escenario, si estudiaste e hiciste lo que hay que hacer, disfrutas, sin duda.

-Sale bien un aria, estalla una gran ovación, pero el cantante se queda quieto, no salta de alegría como los futbolistas.

-Pues es un éxtasis, una gran sensación. Cuando doy clases pongo ese ejemplo: si Ronaldinho está serio, no hace nada; si se divierte, mete goles. El canto es un proceso muscular, requiere un entrenamiento. Después viene toda la parte artística, la forma de cantar, el estilo y expresar lo que se quiere, ponerle el sello.

-Algún cantante tiene contado que sale a escena y sopla, sopla y sopla.

-Porque el canto parte del aire. El uso del aire es básico. Intervienen el aparato respiratorio, la parte fonadora y la dicción, las vocales y el habla. Es muy distinto de un idioma a otro. No es lo mismo un fraseo en alemán que en italiano. Soy una loca de los idiomas, hablo seis y estoy estudiando coreano.

-¡Caramba!

-Me gusta aprenderlos y ver las diferencias. Saber alemán ayuda para óperas como ésta.

-El auge de los cantantes latinos se suele atribuir a la sonoridad del español.

-Sí, pero el español de España. Nosotros los costarricenses, sin embargo, tenemos un formante de las vocales muy cerrado y corto. Una «e» muy chillona y cortita. Y una «o» muy cerrada. Cuando se imita a un italiano se dice «aaah, que beeellooo», con vocales largas. Y lo mismo en castellano, largas y abiertas. Eso ayuda a cantar.

-Parece una filóloga.

-Es que me encantan los idiomas.

-Primeriza en Oviedo.

-Cierto, es la primera vez que estoy en Oviedo y me siento muy contenta. Asturias es preciosa. Hace un año vine a Avilés por una cuestión personal y me enamoré de este verde. Además, soy muy montañera, así que estoy en la gloria. En España me encanta trabajar, me siento en mi casa.