Oviedo, P. R.

«Lo que indican los datos de Asturias en estos últimos meses es que los responsables no se han ocupado del tema, la dependencia va en Asturias como un barco a la deriva, no sólo no están incorporando a gente, es que la van echando. Pienso que es un problema más de desidia que de impericia», declaró ayer a LA NUEVA ESPAÑA José Manuel Ramírez Navarro, presidente de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.

En el Principado, añade Ramírez, no se puede hablar de «ralentización» en la aplicación de la ley, algo que sí ocurre en otras autonomías. «El problema en su tierra es mucho más grave, no se trata de paralización, la comunidad está en retroceso en la aplicación de la ley de la Dependencia, está en un proceso de desmontaje del sistema y se nota en los indicadores», explica. Tanto el número de beneficiarios como el de solicitudes y dictámenes caen, y eso, según José Manuel Ramírez, indica que «Asturias ha entrado en retroceso y eso es malo».

¿Cómo salir de este círculo? «Es complejo», responde. «La aplicación de la ley exige una apuesta institucional importante, hay que mirar hacia aquellas autonomías en las que funciona».