El artista plástico Cristóbal Toral ha imaginado, en un lienzo, el secuestro del Papa emérito Benedicto XVI por parte de dos islamistas radicales. Una obra con la que el artista pretende denunciar la violencia del terrorismo y la persecución que sufren los cristianos en Oriente Medio.

"Los pobres cristianos de Oriente Medio están siendo aniquilados, perseguidos y asesinados, los están liquidando prácticamente a todos", sostiene Toral, quien precisa que el cuadro también pretende ser una crítica al Vaticano porque, a juicio del artista, "no ha levantado la voz con la energía que debería" y cree que "si se secuestrara a un Papa, es posible que levantaran más la voz".

Titulado "El secuestro de Benedicto XVI", la obra en cuestión es un óleo sobre lienzo de 2,75 por 2,35 metros en el que aparece el Papa emérito vestido de blanco agarrado con violencia por dos terroristas del ISIS en medio del desierto. El pintor explica que el cuadro es el resultado de la plasmación de una pesadilla que tuvo como consecuencia de unas imágenes que vio en la televisión en la que unos terroristas del ISIS degollaban a unos jóvenes. "Son de las imágenes más crueles que hemos visto en el siglo XX y XXI, de las más horribles y tremendas, me afectó muchísimo y llegué a tener pesadillas", explica.

En concreto recuerda que en uno de esos sueños aparecía "una mancha blanca y dos manchas oscuras" como si se tratara de un secuestro. "Pensaba quién podía ser esa mancha blanca", recuerda. Y, de pronto, se dio cuenta de que era el Papa. En ese momento, supo que tenía que pintar lo que había visto por tres motivos: para retratar la violencia terrorista que golpea este siglo; para que se levante más la voz por los cristianos perseguidos en Oriente Medio; y como aviso. Toral también aprecia en la composición la herencia de Zurbarán, con ese contraste negro-blanco-negro.

Toral querría exponer el lienzo en la próxima feria ARCO, pese a que a estas alturas del año es muy difícil por cuestiones logísticas y administrativas.