La osa "Tola", símbolo de la lucha contra la caza furtiva en Asturias, murió esta tarde en el cercado de Proaza en el que vivía junto a su hermana "Paca". Según las primeras informaciones, el plantígrado murió por causas naturales: tenía 28 años (este mes cumplía 29, el equivalente a más de 80 años en un humano) y padecía una enfermedad neurológica.

Las dos hermanas fueron rescatadas en 1989 por miembros del Seprona de la Guardia Civil después de que un cazador furtivo matase a su madre. Una llamada anónima les salvó la vida. Las crías, de tan sólo cinco meses, fueron entregadas al Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), comenzando desde ese momento un azaroso viaje que las llevó a vivir en distintas instalaciones en Cataluña y en El Hosquillo (Cuenca). Pero a finales de la década de los 90, sus vidas quedaron ligadas a los Valles del Trubia. "Tola" vivía junto a "Paca" en el cercado más pequeño de Santo Adriano, gestionado por la Fundación Oso Asturias.

La popular osa, referente del conservacionismo en España, tuvo en enero de 2013 un esbardo, que murió por aplastamiento poco después de nacer. El osezno fue fruto del fallido plan de cría con el macho "Furaco", que el año pasado fue reubicado en el parque de Cabárceno. Ese año, el 2013, fue el peor para "Tola", que en el mes de noviembre sufrió una fuerte enfermedad que hizo temer por su vida y que combatió hasta sus últimos días con un tratamiento especial.

Un oso en cautividad puede vivir, según los expertos, hasta los 30 años. Tanto "Tola" como su hermana "Paca" ya eran unos animales ancianos, por lo que este triste desenlace podría suceder en cualquier momento.