Con la herida abierta y aún sin cicatrizar que para muchos sportinguistas supuso la derrota en el derbi, compareció este martes al mediodía el director deportivo Miguel Torrecilla, con la intención en principio de hacer balance de los últimos movimientos producidos en la plantilla con motivo del mercado de invierno.

Sin embargo, como era de esperar, las preguntas de los periodistas y de este modo también las respuestas de Torrecilla, no se centraron exclusivamente en ese único tema, sino que fueron mucho más allá. Hubo así momentos en los que se podía mascar la tensión en la sala de prensa de la Escuela de Fútbol de Mareo, si bien Torrecilla no dio nunca la sensación de perder la calma.

Repasando todo lo dicho por el director deportivo, aunque al inicio de su comparecencia anticipó a los allí presentes que no era su intención el dar titulares, durante los tres cuartos de hora que duró la misma, la verdad es que dio unos cuantos.

Para empezar ofreció su visión sobre lo sucedido en el derbi, que no se alejó en gran medida de lo que había explicado Baraja tras el partido. Eso sí: dejó un tanto en evidencia al entrenador rojiblanco, al corregirle en su idea de que en la plantilla que ha puesto a su disposición, no existen jugadores de corte físico como para afrontar un partido como era el del pasado domingo. Según Torrecilla, ´haberlos haylos´.

Y en cuanto se abrió el tema específico de las incorporaciones realizadas bajo su mandato, pronunció una frase que sin duda dará mucho juego: "yo no soy ningún fichador". Con esas palabras Torrecilla quería dejar claro que su labor en el Sporting como la de cualquier director deportivo, va mucho más allá de los simples fichajes. Pero como era de esperar, no faltó la pronta réplica de quien contrapuso esa afirmación con el hecho de haber traído a catorce jugadores desde que ocupó su cargo. Y algún otro no pudo contener la sonrisa al preguntarse cuántos ´fichadores´ habrán pasado en los últimos tiempos por el club. De esos que en algunos trabajos fichan al entrar y al salir y apenas nada se sabe de lo que hacen o dejan de hacer.

Por lo que se refiere al filial, al que se le dedicó su más que merecido tiempo, Torrecilla, quizás en un exceso de protagonismo, poco menos que se adjudicó el mérito de su ascenso. Cabe recordar que cuando el salmantino llegó en sustitución de Nico Rodríguez, los ´guajes´ de José Alberto ya se encontraban inmersos en el playoff. A Nico lo que es de Nico.

De los jugadores del filial y de su entrenador no dijo nada que no se pudiera esperar en un club supuestamente de cantera. Pero de nuevo tuvo que lidiar con la realidad que muestra una contradicción manifiesta entre lo que se dice y lo que se hace.

No rehuyó tampoco el director deportivo temas tan espinosos como la salida de Rubi al llegar él a Gijón, la marcha de Scepovic, el fiasco con Xandao o el cambio de criterio a la hora de elegir entrenador, viendo las más que evidentes diferencias entre el perfil de Paco Herrera y el de Pipo Baraja. Sus explicaciones con toda seguridad no habrán convencido a una parte del sportinguismo.

Cuestionado como no podía ser de otro modo por el objetivo del Sporting para esta temporada, Torrecilla se mostró tajante en su negativa a arrojar la toalla, retando además a quienes no estén convencidos como él de que se va a cumplir ese objetivo, a que sigan en sus trece de hacer de la situación actual un drama.

Se equivocó el director deportivo no obstante cuando dijo que dudaba que alguna vez el Sporting en Segunda, hubiera tenido otro objetivo que no hubiese sido el del ascenso. Y eso que no hace mucho que un equipo que aspiraba a la permanencia, logró hacer historia en el club y de paso, salvarle de la desaparición.

En lo que nadie puede llevarle la contraria a Torrecilla es en eso de que "la credibilidad la tiene el que gana". Por esa razón es por la que la suya, con el equipo en una décima posición, habiendo contado con uno de los mayores presupuestos de la categoría para la confección de la plantilla, a día de hoy no está en sus niveles más altos. Pero esto es fútbol y de héroe a villano se pasa en un suspiro, lo mismo que a la inversa. Y lo importante no es lo que uno es o representa a mitad de temporada para la mayoría de aficionados, sino lo que es a su conclusión. Crucemos los dedos por ver a un Torrecilla de vestido de capa y con la T en el pecho.

Post Scriptum: resulta inevitable hacer referencia a algunas respuestas que el periodista Rodrigo Fáez está recibiendo en relación a la columna que había publicado antes del derbi en LA NUEVA ESPAÑA. Sólo decir que parece que la ironía no es el fuerte de algunos. Eso sí que no merece perdón.