"Como persona era inmejorable". Así recuerdan a José Suárez algunos de sus vecinos como Luis Díaz, que ayer le despidió en la iglesia de San Juan de Ables (Llanera), donde se ofició el funeral. Quien fuera historia del ciclismo y uno de sus pioneros era natural de Cayés. Ángel Alonso trabajó en su taller de bicis diez años. "Era muy buena persona", reconoce. Para Ismael Cordera fue "inmejorable como vecino". Destaca de él que "tenía muy buen carácter. Nunca le veías enfadado, pues no solía dar mucha importancia a las cosas". Pedro Álvarez Nicieza tuvo la suerte de tenerle como amigo. "Era buena persona y de él tuve siempre lo que necesité", remarcó. En la foto, familiares, amigos y conocidos, ayer, en el funeral, informa M. M.

Las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta del pasado siglo fueron pródigas en la práctica del ciclismo. Junto al fútbol y a los bolos, tuvo especial relevancia y práctica en esas décadas y ha cubierto una época importante en el contexto regional y nacional.

Eran contados los pueblos que durante sus fiestas de romería no programaran una prueba ciclista, que tenía lugar generalmente el lunes, cubriendo ese día la atención de los pueblos por donde discurrían las pruebas, expectantes ante la falta de actividades deportivas.

Resulta chocante y hasta sorprendente que en el pequeño pueblo de El Arroyo, perteneciente a la parroquia de Cayés (Llanera), hubieran coincidido compitiendo durante ese tiempo hasta siete corredores nacidos allí: los hermanos Víctor, Ricardo y José Suárez, Emilio y Fernando Valle, Ángel Rodríguez, "Ligero" y Monchi Fernández.

José Suárez Rodríguez, "Pepe", siguiendo los pasos de sus hermanos Víctor y Ricardo, tomó contacto con la bicicleta en 1950, cuando no había cumplido los 20 años. Y ya disputó ese año 17 carreras, de las que ganó 15, demostrando las grandes aptitudes que poseía para esta disciplina deportiva. En 1957 se proclamó campeón de Asturias de montaña y ese mismo año del de fondo en carretera.

Ha participado en la práctica totalidad de las carreras celebradas en Asturias y fueron numerosas las de otras provincias españolas en que tomó parte. Sería interminable citar el número de pruebas ganadas y primeros premios, pues fueron muchas. Tal vez su frustración haya sido no haber corrido la Vuelta a España en 1957, pese a estar seleccionado. Las fuerzas justas y la sombra de grandes figuras nacionales e internacionales hicieron desistir al bravo corredor cayesino.

Se retiró en 1964, pero nunca se desligó del ciclismo, su gran pasión. Fue fundador y miembro de la Peña Ciclista de Cayés y del Club Ciclista Llanera. Su gestión en Madrid ante los hermanos Gil, personas influyentes en la Casa Civil de General Franco, quienes habían pasado parte de su juventud en Posada, fue determinante para que la Federación Española de Ciclismo concediera a Cayés nada menos que el Campeonato de España de Independientes en 1965.

Regentó el Garaje Pepe, primero en casa La Chica, de Coruño, y después en las antiguas escuelas de Cayés hasta 1998, año de su jubilación. Ambos lugares fueron punto de encuentro de ciclistas y aficionados que buscaban la experiencia y el buen saber de Pepe en temas ciclistas y en la organización de pruebas.

Un accidente en su domicilio en octubre de 2006 le dejó secuelas que progresivamente se fueron agravando, lo que redujo considerablemente su movilidad e independencia. Con la mimada atención de su esposa María Luisa, sus hijas y su suegra Argentina, bajo el hórreo los días de sol y al calor de su entrañable cocina, donde ojeaba con atención LA NUEVA ESPAÑA, se emocionaba cuando le visitábamos y recordamos las peripecias ciclistas.

Con el fallecimiento de José Suárez, "Pepe", Llanera pierde un gran referente del deporte y del ciclismo en particular, disciplina que practicó durante mucho tiempo y del que fue un gran apasionado.