Oviedo / Tapia,

Alicia RODRÍGUEZ /

Gustavo GARCÍA

La masa de aire «muy cálido» procedente del continente africano que lleva azotando la Península desde el miércoles seguirá reventando los termómetros hasta el domingo, con un aumento de las temperaturas en todo el país. Aunque ayer se alcanzaron los 36 grados en Asturias, hoy será el día más caluroso, que provocará que una treintena de provincias estén en alerta naranja por las altas temperaturas. Los termómetros llegarán a los 40 grados en el sur del país.

Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el viento africano provocó ayer que las temperaturas superaran los 30 grados en prácticamente toda Asturias con máximas de 31 grados en Oviedo y 30 en Gijón, Avilés, Mieres, Llanes y Carreño. El suroccidente asturiano fue el que registró las temperaturas más elevadas del Principado con 32 grados en Cangas del Narcea, llegando a marcar 36 grados de máxima en Tineo y Soto de la Barca, lo que supone una de las temperaturas más altas del verano, aunque hoy se esperan batir todos los récords.

Hoy será el día con temperaturas más elevadas, pudiéndose alcanzar los 36 grados en las zonas central y oriental y los 33 grados en los concejos del interior.

La opción más recurrida para escapar de la ola de calor en la costa occidental es, sin duda alguna, la playa. Todas ellas acogieron a miles de bañistas que buscaron refresco en el agua del Cantábrico. En la playa, todo vale para soportar las altas temperaturas, hasta la merienda. «Una fruta fresquita y un zumo bien frío para que no pase tanto calor», dice Rosario Fernández, que ha acudido al arenal de Serantes junto con su marido y su nieto. «El pequeño se lo ha pasado bomba en el agua», añade Rosario, que le quita hierro a la situación: «Aquí no hace tanto calor; en Madrid, de donde venimos, es un horno».

Unos metros más allá dos jóvenes disfrutan también de la merienda, y dan las claves para no caer desfallecidos. «Lo mejor es darse un baño cada poco tiempo, aprovechando que el agua tiene la temperatura perfecta», comenta Mario González. «Y para refrescarse por dentro, una cervecita fría», añade, entre risas, Daniel Martínez.

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