Las escuelas de surf crecen como la espuma en la comarca avilesina al calor de la moda de este deporte acuático. Las hay con muchos años a sus espaldas, como «Rompiente Norte» en Soto del Barco, que cumple este año una década en funcionamiento. O más recientes, como «Rural Surf», en Naveces, que apenas lleva un año abierta.

Los profesionales quieren desechar la idea de que ese deporte encierra cierta exclusividad o es sólo para gente joven. Nada de eso. El ejemplo más claro está en Manel González, de 50 años, que llega a la playa de San Juan de la Arena desde Barcelona para practicar un deporte que le apasiona. «Aquí hay olas todo el año no como en el Mediterráneo», asegura el catalán. También hay espacio para los lugareños, como Beatriz García, residente en Soto del Barco, que aprovecha las olas de la playa de Los Quebrantos de la mano de «Rompiente Norte». Le gustó una experiencia tanto el año pasado como éste y afirma que repetirá curso en 2014.

La demanda creciente para practicar este deporte ha llevado a que en la mayoría de las playas de la comarca haya, al menos, una escuela de surf. Y no todas son iguales. «Rural Surf», por ejemplo, está fuera de lo convencional. ¿Por qué? Porque en ella, según sus responsables, prima lo natural. «Disfrutar de la naturaleza en estado puro», dice Javier Sandoval, uno de los dueños. Enclavada en Naveces, esta escuela «natural» ofrece la posibilidad de hacer senderismo, escalada o paintball.

El surf no es sólo subirse en la tabla y «coger olas», es mucho más. Por eso proliferan deportes semejantes, como puede ser el «Stand up paddle» o deslizamiento por el agua sobre una tabla con ayuda de un remo, una modalidad que viene practicándose desde hace 500 años pero que parece estar en auge gracias a que famosas como Kate Moss o Eva Longoria ya lo han probado. Para realizar esta modalidad son necesarias unas características específicas, como una mar en calma.

Uno de los problemas a los que se enfrenta estos centros especializados es la alta temporalidad, con llenos en verano y semivacíos durante el invierno. Para Rafael Artime, de la escuela «Baluverxa» (Gozón) este bajón tan significactivo es causa del frío. «La temporalidad es algo que tenemos que vencer», afirma Fernando García, de «Rompiente Norte». El mejor remedio para superar esto es ampliar la oferta. García lo confirma: «Antes abríamos de Semana Santa al puente de Todos los Santos (noviembre); ahora, siempre que hay gente interesada nosotros estamos dispuestos a enseñarle».

Buscar otra forma de hacer las cosas en tiempos de crisis puede ayudar a salir a flote. En Salinas, por ejemplo, la escuela «Las Dunas» ha ofertado viajes de autobús gratuitos desde Madrid para aquellos que contraten un curso. Ha sido un éxito. «Ya tenemos julio completo y agosto casi», afirma Fernando Raposo, director del «surfcamp». Aunque supone una merma de los beneficios, Raposo lo tiene claro porque se trata de «ayudar a las familias que quieren que sus hijos vengan a practicar este deporte y no pueden hacer gastos excesivos». La mayoría de estos alumnos son menores de edad. «A veces hacemos un poco la guardería», afirma Fernando García, de «Rompiente Norte».

Y si hablamos de jóvenes, la seguridad es fundamental. Todas las escuelas cuentan con monitores especializados: «Además de tener el título en técnico deportivo, cumplimos con los requisitos del Principado de Asturias», afirma García.