La actriz Julia Gutiérrez Caba (Madrid, 1932) últimamente no frecuenta la escena. Dice que no está en edad, pero mañana, viernes, estrena (22.30 horas) en el teatro Palacio Valdés la comedia dramática "Cartas de amor", un espectáculo singular que comparte con Miguel Rellán, los dos bajo la dirección de David Serrano.

-Su abuela Irene Alba estrenó "La verbena de la Paloma". ¡Qué vértigo!

-Me encanta que se acuerde de esto. Mi abuela fue la primera Casta. Mi tía abuela Leocadia Alba hizo otros dos personajes. Cuando mi tía abuela era mayor la escuché contar un montón de veces cómo fue aquel estreno. No sabe lo que eso significa. Claro que da vértigo. Ella contaba cómo Chapí tenía una partitura que no terminaba de gustar y entonces Bretón la terminó de componer en poquísimo tiempo.

-Usted también tiene una lista larga de estrenos.

-Pero ninguno es "La verbena de la Paloma".

-¿Y cómo se ve el mundo sabiendo que su familia se dedica a esto desde la segunda mitad del siglo XIX?

-Las mujeres de mi familia dieron el primer paso en el arte. Imagínese lo que era entrar en este oficio en la época de mi abuela o de mi tía abuela. Nuestra familia vive desde el siglo XIX sólo del teatro.

-¿Cómo se veía esto cuando era niña?

-Cuando eres niña te pasa una cosa: la profesión de tus padres y de tu abuelo es como otra profesión cualquiera. Mi abuelo también era actor. Las mujeres de mi familia siempre se han casado con actores. Eso es lo que veías y con eso te quedabas.

-¿Y cuándo le picó el veneno del teatro entonces?

-Estuve muy dudosa. No estaba muy segura de qué iba a hacer porque pensaba que no andaba muy dotada para esto del teatro. Luego vas muy poco a poco, porque en este oficio se empezaba muy poco a poco. No había llegado la televisión a España y el aprendizaje era el teatro. Empezabas con personajes muy pequeños, sin ninguna responsabilidad. El hecho de hacerlo, lo otro ya lo conocíamos. Nosotros ya sabíamos que nuestros padres tenían otros horarios y que no venían a casa a cenar porque se hacían dos funciones. Ése era su trabajo y no nos parecía raro.

-Se la ve poco por los escenarios.

-Claro. He hecho poco últimamente.

-¿Por qué?

-Pues mire. El hecho de hacer teatro te obliga a hacer giras y a mí no me convenía en estos últimos años en que mi marido [Manuel Collado] no podía viajar porque tenía problemas de salud y yo prefería estar en Madrid sin moverme. La televisión me proporcionó esto y por eso no se ve en el teatro.

-¿Y lo echa de menos?

-Lo echo de menos moderadamente. Sí me gusta esto -"Cartas de amor"-, pero es porque esto es una cosa especial. No voy a trabajar más de cinco funciones a la semana. Este oficio exige muchas cosas: tiempo, sobre todo. Ensayos, viajes, giras...