Una caminata suave, de una media hora, pero repleta de atractivos de principio a fin. El trayecto es breve, de aproximadamente un kilómetro, pero se hace aún más corto porque a cada paso hay algún lugar al que mirar o una historia que conocer. Hacer esta ruta que tiene su inicio en San Cucao es una delicia: tiene un castillo, un centro ecuestre cercano que hace que siempre haya varios caballos en las praderías del entorno, una antigua fuente restaurada con espacio para el descanso y hasta los vestigios de un pequeño templo con leyenda, la llamada Capilla del diablo.