Gracias a Nuria, Morcín va a toda mecha

"La gente de aquí hace por que el comercio local funcione"

ASTURIANOS EN MORCÍN: Nuria Ruiz

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Nuria Ruiz González, presidenta de la Hermandad de la Probe y peluquera de La Foz. Tiene 54 años y lleva un cuarto de siglo al frente de la peluquería de La Foz. Hace siete años se convirtió en la primera mujer en presidir esta hermandad, creada en 1957 y que impulsó la recuperación del queso de afuega’l pitu con un certamen que este fin de semana cumple su 42.ª edición.

"Mi familia es de Riosa, del concejo de al lado. Me crie allí. Mi padre fue minero, más o menos todos aquí eran mineros y todos trabajaban en el Monsacro. Hice el módulo de peluquería y empecé a trabajar en Oviedo. Estuve 11 años. En Oviedo los negocios estaban, de aquella, muy saturados. Y como que me cansé. Y como la peluquería que se traspasaba aquí funcionaba bastante bien, me decidí a cogerla. A los 27 años aproximadamente me establecí en La Foz. Yo vivo ahora en Pola de Lena. Me casé allí y voy y vengo todos los días a trabajar a La Foz. Pero, bueno, me paso el día prácticamente aquí".

"Cuando vine a Morcín, después de ese tiempo trabajando en Oviedo, te digo sinceramente que pensé muchos días que no iba a poder soportar tanta tranquilidad, no ver a la gente pasar por la calle y todo eso. Me agobiaba. No sé, demasiada tranquilidad, demasiado relax. Pensé que igual no podía adaptarme, pero luego, ya con el paso del tiempo... Ahora me pasa al contrario: cuando voy a Oviedo, nada más llegar siento que tengo que marchar".

"Aquí me fue muy bien, enseguida tuve gente, y ahora, la verdad, no tengo un minuto libre. Es verdad que aquí la gente se aferra bastante al pequeño comercio y hacen por que funcione. Eso sí es verdad, yo lo veo. Con el paso de los años también la población está envejeciendo un poquito en la zona, y a medida que envejece la gente prefiere consumir cerca, hacer todo lo posible para que los negocios no se vayan de aquí y así no tienen que desplazarse a Oviedo, a Mieres, que son las ciudades así más cercanas".

"Todo lo que tenemos por aquí en La Foz, tanto la peluquería, la farmacia, la carnicería, una pequeña librería que tenemos... la gente hace por que sobreviva y por que no se muera. Y consumen aquí en el pueblo. Cuando cierran cosas, eso se nota. Mismamente, el banco. Teníamos aquí un banco y cerró la oficina física. Ahora hay una furgoneta de estas que vienen una vez a la semana. Y, mira, una de las últimas veces que vino se les estropeó el ordenador, dejaron a todo el mundo esa semana prácticamente tirados, sin dinero. Vale que muchos tienen hijos y los pueden desplazar a Mieres, a Oviedo, pero la gente mayor se sintió fatal, te lo digo yo. Teníamos que hacerlo posible, a ver si cualquier banco pusiera una pequeña sucursal aquí. Es verdad que aquí hay un cajero, pero mucha gente no va porque no lo entiende o porque un día se equivocó y le tragó la tarjeta... La gente va apañándose un poco con la furgoneta, que es como una sucursal móvil, pero, claro... De momento, viene una vez a la semana y casi te diría que hasta es un privilegio, porque oí que en pueblos de León y Castilla va una vez al mes".

"Es verdad que el concejo se va quedando envejecido y que hubo ahí unos años en que se fue mucho la gente, pero ahora, de cara al futuro, yo veo últimamente a muchos matrimonios jóvenes que están viniendo a vivir a la zona. Hay matrimonios que esto les gusta; lo que es el pueblo, estar tranquilos. Igual fue un poco a raíz de la pandemia también. Bueno, es que Morcín es un concejo que está a un paso de Oviedo, prácticamente estamos a diez minutos, y ahora hay mucha gente joven que está haciendo por venir a vivir a los pueblos. A raíz de la pandemia la gente quiere casas en vez de pisos. Aquí estamos tranquilos y, para el que le guste la montaña, por aquí se pueden hacer muchas cosas".

"Tras el cierre de la minería, por las prejubilaciones se siguió viviendo bien. Es verdad que mucha gente joven se tiene que ir de aquí ahora por trabajo. La minería era una base laboral tremenda para los jóvenes de Morcín, y por eso nos movíamos siempre por aquí. Entonces, en ese sentido, las cosas cambiaron. Ahora quizás haya menos gente y esté un poco más envejecida la población. Porque al irse la gente joven a trabajar fuera... Por otra parte, está el polígono de Argame, donde hay muchas empresas, y se nota, por lo menos para la gente que quiere quedarse aquí en la zona".

"Aquí, sobre todo la gente mayor, viene mucho a la peluquería. Hay personas que todas las semanas, sin falta. La gente joven quizás es la que solamente va a cortar cada cuatro meses o así. Pero la gente mayor suele venir todas las semanas prácticamente. Aquí en la zona también funcionan muy bien las asociaciones, y suelen tener comidas, o van a jugar al bingo, o van a otras actividades, entonces llega el fin de semana y es el boom de peinarse. La verdad es que hay muchas asociaciones en Morcín. Yo aquí veo que la gente como que quiere hacer cosas por el pueblo y por el concejo. Aquí se trabaja por hacer cosas, por que la gente tenga comidas, tenga un lugar de encuentro, tenga una reunión, tenga un teatro por Navidades, que puedan hacer algo. En ese sentido, se trabaja mucho".

"Yo soy también la presidenta de una de ellas, la Hermandad de la Probe. Llevo como siete años. Cuando empecé fue porque habían dimitido los anteriores presidentes y la gente estaba ahí dudando si meterse o no meterse. Yo les decía siempre que era una pena, que no se podía dejar una hermandad de tantos años, que ya lleva como 65 años, y además que hace cosas muy importantes, como el Certamen del queso (cuya edición XLII se celebra este fin de semana). El certamen del afuega’l pitu ayudó a promocionarlo y recuperarlo. Morcín y Grado fueron los que pelearon para que no se perdiera la tradición, que era algo que había antes en todas las casas. Me acuerdo que mi madre ya lo hacía y los secaban en los corredores. En todas las casas había quesos colgando de las ventanas a secar. Ahora, por desgracia, ya no queda quesería de afuega’l pitu en Morcín".

"La Probe también organiza la Feria del Queso en septiembre, o el Concurso de casadielles (hoy precisamente se celebra el XIII Concurso mundial de casadielles), que también que es muy típico y muy interesante... Esas cosas de toda la vida no se pueden dejar morir. Así que ahí fue cuando hicimos un pequeño grupo y, bueno, pues me tocó la presidencia. Fui la primera mujer, y ahí estamos peleando. De hecho, la gente que está conmigo ahora en la directiva prácticamente somos una gran mayoría de mujeres.

–¿Y en qué se nota el mando femenino?

–Se nota en detalles, en detalles. Nos lo dicen los hombres que están alrededor de la hermandad, que nosotras tenemos pequeños detalles que a ellos no se les hubieran ocurrido.