El Partido Popular (PP) ha de tender la mano a los nacionalistas, pero para atraerlos a la senda constitucional. Ése es el fondo de una de las dos enmiendas presentadas por Ovidio Sánchez, presidente del PP asturiano, a la ponencia política nacional. La otra defiende el diálogo con todos los partidos parlamentarios, «experiencia que con indudable éxito practicó el PP durante su etapa de gobierno». Con ambas propuestas, Ovidio Sánchez pretende que el PP se defina con las señas propias «de un partido dialogante, de centro y con clara vocación de gobierno».

J. M. PIÑEIRO

Oviedo, J. A. ARDURA

El PP asturiano presentó 18 enmiendas a las ponencias del congreso nacional. Las formalizó el lunes, el último día de plazo. La fecha no es una cuestión secundaria. También el lunes, y sólo media hora antes de que se cerrarse el registro -suele hacerse cuando se quieren evitar «contraenmiendas»-, hizo lo propio Francisco Álvarez-Cascos. En sus textos, el ex ministro de Fomento, afiliado en Madrid, propone varias correcciones al texto de la ponencia política.

En el caso de que las enmiendas de Álvarez-Cascos fuesen aceptadas, el PP no se definiría como un partido de centro, sino como una organización política popular y reformista inspirada en los principios liberales y del humanismo cristiano. Al día siguiente, el político asturiano puntualizó que no cuestionaba la vocación centrista del partido; lo que pretende es mejorar la definición ideológica.

El único dirigente asturiano que se desmarcó públicamente de las propuestas de Álvarez-Cascos fue Joaquín Aréstegui, portavoz parlamentario adjunto del PP en la Junta General del Principado y presidente de los populares de Avilés. Aréstegui ha tenido también un papel protagonista en la redacción del texto de las enmiendas abanderadas por Sánchez.

El presidente popular se preocupó de precisar que sus enmiendas no «tienen nada que ver» con las planteadas por Álvarez-Cascos. «No hay relación», y, a su juicio, ni siquiera puede hablarse de «contradicción». En su opinión, algunas de las enmiendas del ex vicepresidente primero del Gobierno fueron malinterpretadas.

Con sus propuestas, aseguró Sánchez, no pretende otra cosa que «atraer a la Constitución a los partidos regionalistas y nacionalistas que, en la pasada legislatura, han ido alejándose de los valores constitucionales». De este llamamiento, el líder popular sólo excluye al PNV, «que ha escogido un camino que desborda la Constitución».

El dirigente asturiano destacó que esta estrategia no es nueva en el PP. Hubo ocasiones en las que los populares llegaron a acuerdos con los nacionalistas vascos y catalanes y con fuerzas de orden regionalista, como el aragonés PAR o Coalición Canaria. De hecho, después de una legislatura de negociación y diálogo con los nacionalistas, el PP alcanzó la mayoría absoluta, en las generales de 2000.

Con lo que sí choca ese planteamiento es con la línea política seguida en los últimos años por el PP. Lo reconoció ayer un diputado popular: «Hay que discrepar de los nacionalistas y hacerles frente, pero no se pueden demonizar todos sus planteamientos. Hay asuntos en los que sí se puede llegar a acuerdos».

El PP asturiano no sólo aboga por devolver a los nacionalistas a la senda constitucional. También es partidario de abrir el diálogo con todas las fuerzas constitucionales y parlamentarias. Algo que también se hizo durante el Gobierno de Aznar y, según destaca Ovidio Sánchez, «con notable éxito».

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