Oviedo,

Marta PÉREZ / M. J. I.

Nicandro González Gayol vive pendiente del teléfono desde que el pasado lunes militares y policías marroquíes desmantelaron el campamento saharaui de resistencia de El Aaiún. Este vecino de Rapalcuarto (Tapia), responsable de la asociación de amigos del pueblo saharaui en el Occidente, vivió en El Aaiún dos años, 1974 y 1975, cuando formaba parte de la Policía Territorial sahariana, una especie de sección de la legión española, compuesta por tropas de élite pero calzados con alpargatas. Nicandro dejó allí muchos amigos, por los que sufre desde la distancia estos días de conflicto.

«Me están llamando al otro teléfono, quizá sea algo importante». A Nicandro González las noticias le llegan con cuentagotas, y no son buenas. «No es sólo a la Policía, sino a los colonos marroquíes a quienes temen», explicaba ayer. «Estamos viviendo la situación con mucha preocupación. Son muchos los amigos que tenemos allí, y tiene mala solución», explicaba ayer en declaraciones a este periódico.

La misma preocupación se vive en la casa del empresario Javier Fernández Font, en Avilés. El saharaui Mohamed Ali Noucha, de 18 años, vive con la familia avilesina con la que compartió los veranos de su infancia. Hace días que no tienen noticias del tío y del hermano del joven. «No hay forma de comunicar con ellos. Sólo sé lo que cuenta la prensa», explicaba ayer Javier Fernández. «Sabemos que estaban en el famoso campamento, pero nada más. No se saben los nombres de los once fallecidos ni tampoco los de los más de 100 desaparecidos. La situación es de total angustia», cuenta el empresario. «Es muy injusto. No sé qué negocios tenemos con Marruecos para callar de este modo», lamenta.

Naia Pascual Queipo, natural de Illano y estudiante universitaria en Madrid, también tiene motivos para estar preocupada. Su amiga Silvia García es una de los cuatro españoles que permanecen en El Aaiún. Las dos pertenecen a una plataforma en defensa de los derechos del pueblo saharaui, y estuvieron juntas hace un par de años en los campamentos de refugiados. «Ayer estuvimos intentando todo el día hablar con ella, pero no hay forma. Sabemos que está sin pasaporte, y que está escondida en algún lugar cerca de la Embajada española. La sacaron del campamento con los otros españoles para que no resultasen heridos y evitar un conflicto diplomático», explica. «La verdad es que lo que está pasando es la punta del iceberg, y se veía venir. Llevan tres décadas machacando a la zona ocupada. Los saharauis ven inminente la guerra civil. Su causa es la causa más justa que hay ahora mismo en el mundo, y sí, me gustaría estar allí», defiende la joven.

A punto de cumplir los 17 años, la joven saharaui Galia Sideahmed, que pasaba los veranos con una familia en Grado, tiene las ideas muy claras. «Ha muerto mucha gente, los han matado, no puede ser. O la libertad o morimos», explicaba ayer por teléfono desde el campamento de refugiados donde reside con su familia. Todos viven con angustia las noticias que llegan de la zona ocupada donde tienen algún familiar. La abuela de Galia vivió allí, donde tiene un hermano, del que no reciben noticia alguna.

El vicepresidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Asturias, Alberto Suárez Montiel, estuvo en junio en El Aaiún. Viajó como observador internacional acompañando a un grupo de activistas. «Hay mucha Policía de paisano, nos sacaban a la calle a identificarnos y sufrimos una persecución continua para intimidarnos», recuerda. «Ahora los colonos marroquíes acompañan a la Policía con machetes y cuchillos», afirma. Suárez también está pendiente estos días en la suerte que han corrido sus amigos en la zona ocupada. «Estamos en contacto, pero resulta difícil. Las comunicaciones son poco fluidas, y las informaciones, contradictorias», dice.

La cantante ovetense Cristina del Valle, activista y ferviente defensora de los derechos del pueblo saharaui, condenó ayer los acontecimientos de El Aaiún y criticó la falta de voluntad política internacional para resolver la situación. «Tenemos obligaciones con el pueblo saharaui, debemos ejercer presión», afirmó Cristina del Valle a modo de llamamiento a la ciudadanía.

Más información en la página 42

«No sé qué negocios tenemos en Marruecos para callar de este modo»

<Javier Fernández Font >

Empresario

«No es sólo a la Policía, sino a los colonos marroquíes a quienes temen»

<Nicandro González >

Amigos del Sahara

«Su causa es la causa más justa que existe ahora mismo en el mundo»

<Naia Pascual Queipo >

Estudiante

«Tenemos obligaciones para con el pueblo saharaui; hay que ejercer presión»

<Cristina del Valle >

Cantante