Biólogo, dietista y nutricionista

Oviedo, Félix VALLINA

A principios de año llegan los buenos propósitos, entre ellos, comenzar la cruzada contra los kilos de más. Ramón de Cangas Morán (Oviedo, 1975) es dietista y nutricionista por la Universidad de Navarra, doctor por la Universidad de Oviedo y Biólogo. Hasta hace sólo unas semanas era presidente la Asociación de Dietistas-Nutricionistas del Principado de Asturias (ADEEPA) y vocal de la junta de gobierno de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN), que aúna a cerca de 3.000 profesionales de todo el país. De Cangas recomienda acudir a un profesional sanitario siempre que se inicie una dieta y no tomarse a la ligera los peligros de los «métodos milagro».

-Estarán ustedes a tope de trabajo.

-Pues sí, la verdad es que después de Navidad y antes del verano se notan incrementos importantes, aunque también suele haber otro repunte tras las vacaciones estivales.

-¿En general se piensa más en la estética o en la salud a la hora de iniciar la guerra contra la báscula?

-Los más jóvenes piensan sobre todo en el físico, pero a partir de los 40 años ya hay gente que comienza a preocuparse más por su salud. No obstante, en todas las edades hay personas que se ponen a dieta por recomendación de su endocrino o de su cardiólogo.

-¿Cuánto tiempo suelen durar las buenas intenciones?

-Depende de la persona, pero es cierto que hay mucha gente que busca resultados para una fecha concreta y que acaba dejando los hábitos. No obstante, hay otros muchos que aprenden a comer porque lo más importante es, sin duda, la salud.

-¿Qué importancia real tiene una dieta equilibrada para la salud?

-Es vital, porque está comprobado que los buenos hábitos alimenticios rebajan las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes... Es uno de los factores que pueden hacer que vivamos más tiempo y que tengamos una mayor calidad de vida.

-¿Es cierto que la mejor dieta es la mediterránea?

-Por así decirlo, es el patrón dietético que se considera más saludable. El problema es que en España ya nos hemos alejado de la dieta mediterránea y tendemos a dietas más americanizadas, con más platos prefabricados y comida rápida.

-Los «milagros» de dietas como la Dukan se han puesto muy de moda, ¿qué opinión le merecen?

-Las «dietas milagro» son peligrosas para la salud. Los responsables sanitarios de varios países europeos, entre ellos los de España, ya han advertido sobre los riesgos del método Dukan. Estas dietas incrementan el riesgo de sufrir problemas hepáticos, renales, cardiovasculares... Además, al final siempre producen un «efecto rebote» y se acaba recuperando el peso perdido. Muchas de esas dietas son desequilibradas y eso se acaba pagando. Se considera que una dieta es equilibrada cuando se pierde entre medio kilo y un kilo a la semana, lo dice la OMS; a partir de ahí puede resultar peligroso.

-¿Ese riesgo puede llegar a ser mortal o es mucho exagerar?

-En casos extremos, si esas dietas se siguen durante mucho tiempo, se pueden llegar a producir problemas de salud de mucha gravedad, ya ha habido muchos casos. Evidentemente, cuando hay problemas graves de salud aumenta el riesgo de muerte, aunque sea a largo plazo.

-¿Entonces qué hay que hacer para perder unos kilos?

-Hay que seguir una pauta equilibrada basada en las recomendaciones de la pirámide nutricional mediterránea, es decir, una dieta rica en hidratos de carbono de bajo índice glucémico -arroz, pasta, pan, legumbres...-, pero incluyendo productos integrales. También hay que comer frutas, verduras y hortalizas; comer más pescado que carne y, dentro de las carnes, elegir las más bajas en grasas. Además, aunque el aceite de oliva es el más recomendable, hay que moderar su consumo, porque una cucharada sopera puede suponer más de 90 kilocalorías. La forma de cocinar también importa mucho, por eso hay que elegir horno, vapor, plancha, tratar de que las salsas y las frituras queden sólo para días especiales. Se puede comer de todo, lo que hay que cuidar es la frecuencia y la cantidad. Por comer fabada un día a la semana no pasa nada.

-¿El pan engorda o eso es un mito?

-El pan no tiene demasiadas kilocalorías y se debe incluir diariamente en la dieta porque está en la base de esa pirámide mediterránea. El problema del pan es que a veces se moja en las salsas. Por ejemplo, podemos preparamos un bocadillo, pero tenemos que procurar que lo que lleve dentro no contenga muchas grasas.

-¿Tres bocadillos saludables?

-El primero sería de pan integral con atún al natural, de lata, y tomate natural. Otro sería de jamón serrano; y el tercero, de pechuga de pavo. Siempre hay opciones.

-¿Qué opina de la comida rápida?

-Suele ser demasiado rica en grasas saturadas y en azúcares, pero existen opciones para disfrutarla. Nosotros mismos podemos prepararla en casa y hacerla más saludable.

-¿Y de las golosinas?

-No deben estar prohibidas porque la alimentación es para disfrutar. Lo que ocurre es que muchas veces la golosina se convierte en la merienda, y eso no es bueno, tienen que comerse de forma ocasional.

-¿Se puede confiar en los productos «light»?

-Los productos «light» tienen un 30 por ciento menos de calorías, son más ligeros que la versión «normal», pero eso no quiere decir que no engorden. Cuando un alimento aporta muchas calorías, si se le quitan un 30 por ciento pueden seguir siendo muchas.

-O sea, que hay que leerse las etiquetas.

-Sin duda, hay que leer el etiquetado nutricional.

-¿La sociedad confunde delgadez con buena salud alimenticia?

-A veces sí, y eso es un error. Puedes estar delgado y mal alimentado. Hay gente que consume pocas calorías, pero no se alimenta de forma equilibrada e incrementa su riesgo de sufrir patologías.

-¿Hay cada vez más gordos?

-La tendencia es al alza, cada vez hay más. Más de la mitad de la población tiene sobrepeso u obesidad, y lo peor es que cada vez hay más niños, por lo que no se presenta un futuro muy esperanzador.

«Las golosinas no deben estar prohibidas, la comida es para disfrutar; el problema es que a veces son la merienda»

«Lo "light" tiene un 30% menos de calorías, pero no quiere decir que no engorde»