El repentino fallecimiento del fiscal superior de Asturias -Gerardo Herrero murió el pasado domingo, a los 62 años, tras sufrir un infarto mientras paseaba junto a su mujer por Soto de Llanera- ha obligado al fiscal general del Estado a mover ficha. Mientras se formaliza un nuevo nombramiento, Eduardo Torres-Dulce, amigo personal de Herrero, dictó ayer un decreto por el que acuerda «encomendar» a Joaquín de la Riva -recientemente elegido para el cargo de teniente fiscal de Asturias- «las funciones propias de la jefatura y dirección ordinaria de la fiscalía». Es decir, que De la Riva hará las funciones de fiscal jefe interino mientras se resuelve un nuevo nombramiento. Se da la circunstancia de que el cargo de Joaquín de la Riva como teniente fiscal aún no se ha publicado en el BOE, por lo que todavía no es oficial.

El sustituto de Herrero al frente de la fiscalía asturiana lo decidirá en las próximas semanas el propio Eduardo Torres-Dulce entre todos los fiscales españoles que quieran optar a la plaza y cumplan con los requisitos establecidos. Para ocupar el cargo de fiscal superior es imprescindible ser fiscal de segunda -una categoría- y contar en el currículum con un mínimo de 15 años de carrera. El objetivo de la administración de justicia es agilizar el proceso para cubrir la vacante de Gerardo Herrero cuanto antes.

Joaquín de la Riva llevaba veintidós años dedicándose a la especialidad de medio ambiente en la fiscalía asturiana -ahora en manos de Alejandro Cabaleiro Armesto- y el pasado mes de enero ya asumió en funciones las tareas de teniente fiscal por la jubilación de Belén del Valle.