Hace ahora un año, por estas mismas fechas, el tema principal sobre el que giraban las información relativas al sector químico giraban era el sinfín de normativas, reglamentos, disposiciones administrativas, etc., que se estaban aplicando y que, de alguna forma, afectaban a su desarrollo cotidiano. Sin volver a repetirlo, si se ha de añadir que, lejos de encontrar "pequeño receso" en este sentido, por decirlo de alguna manera, mediante ese mismo hilo conductor se insiste de forma continuada, incidiendo y afectando a una industria química que trata de soportar todas y cada una de estas modificaciones. Modificaciones que, para algunos, en determinados casos podrían calificarse de irrelevantes. Pero ahí están.

Después de los recientes cambios en los etiquetados de sustancias y preparados químicos, como consecuencia de la aplicación del Reglamento 1272/2008, que se materializo en el mercado y finalizo en el mes de junio del pasado 2015, ahora, y ya para aplicarse antes del próximo febrero de 2018, se tiene en ciernes una nueva revisión, revisión que obligará a modificar de nuevo todas las etiquetas y presentaciones comerciales en virtud de un novedoso reglamento que surge como "adecuación técnica" y se denomina Reglamento (UE) 2016/918 (ATP08).

Con la aplicación de este reciente reglamento se obliga al sector químico a una nueva redacción diferente de múltiples "frases P" (frases de peligro), así como a la introducción de otras nuevas del mismo tenor. Esto lleva a las empresas a tener que reformar todos los textos en los diferentes etiquetados comerciales, especialmente los dedicados al sector doméstico, que estas ponen en el mercado. Ni qué decir tiene que este trabajo, añadido al cotidiano en el mundo de la fabricación, lleva inexorablemente a tener que mejorar y reforzar los equipos de personas que, con una alta formación técnica, deben desarrollar y tener suficientemente controlada y organizada esta ardua tarea, pues no se trata de un sola frase, una sola etiqueta, un solo producto..., sino de todo el portfolio comercial desarrollado en cada caso.

Todo lo anterior también influye muy directamente en la industria química, pero no debe olvidarse nunca que las fábricas de cualquier índole elaboran productos, y esos productos tienen necesariamente una marca, bien de fabricante o bien de distribuidor. Y todos, tanto unos como otros, desean que los consumidores depositen su plena confianza en sus marcas. Por ello, es muy importante tenerlas al día en su presentación, no solamente en el plano estrictamente publicitario o de mejores técnicas, sino también en el legal, y esta última es una exigencia permanente en la relación comercial de colaboración entre fabricantes y distribuidores.

Todo ello lleva, como ya se dijo anteriormente, a tener que renovar, reforzar y formar adecuadamente a los equipos directivos que tanta importancia tienen en cualquier organización empresarial.

Por otro lado, todo proyecto empresarial que se precie, ha de tener un camino claramente definido, un camino en el que, indudablemente, surgirán dificultades, pero esa es la sal del pensamiento empresarial, el análisis de las dificultades, de los problemas cotidianos y de los pequeños tropiezos. Para Eugenio Caravia, responsable general de Asturquimia (Grupo Unex), "son todas estas cosas las que nos obligan a pensar y buscar las soluciones más interesantes para poder superar esos complicados momentos y para ver de que forma podemos afrontar los mismos". Él mismo tiene la respuesta. "Pues muy sencillo, con renovación, al igual que en los comentarios precedentes, esa renovación tan necesaria entre los grupos de trabajo, de dirección, e incluso de sucesión".

De ahí que en esta ocasión, según señala, se haya optado por poner de manifiesto y resaltar la extraordinaria importancia que tiene este término de "renovación", no sólo para el desarrollo y continuidad de las industrias, especialmente las químicas, donde las exigencias son muy elevadas, prácticamente de continuo, "si no para casi todas las empresas y proyectos que pretenda y tengan vocación de supervivencia en el tiempo, como es nuestro caso", afirma antes de concluir con una reflexión. "Hemos de admitir que, en la vida, hay un instante en el que se sabe, se percibe, que ha llegado el momento de comenzar a dar pasos, de renovarse, de mirar un poco más lejos y, con mucha ilusión, tomar la decisión de asegurar el progreso; los líderes tienen la función de potenciar y formar más líderes, no más seguidores, y el arte de dirigir consiste en saber cuando hay que posar la batuta para no molestar a la orquesta ".