Los turistas conquistan Covadonga

"¿Pero esto qué es?, ¡si parece un centro comercial!", exclamaba un turista andaluz desde su asiento mientras el bus coronaba la rampa de los Lagos de Covadonga. Una comparación que podría resultar un tanto exagerada, pero sí es cierto que ayer, las montañas de Cangas de Onís eran un hervidero de visitantes. Animados por la soleada jornada estival, centenares de vehículos invadieron los espacios circundantes al real sitio y batieron récord de viajeros en una sola jornada este verano (5.300) en el bus a los Lagos. Hasta los lugareños admitían estar sorprendidos por esa afluencia masiva en un día laborable, habiendo quien afirmaba que habría "más gente que el día de la fiesta".

Las colas para esperar por el autobús a los Lagos, único medio de acceso al Enol y al Ercina junto a los taxis, eran considerables en el Santuario y carretera abajo, con esperas de más de 45 minutos. Pero montaña arriba, en el aparcamiento de Buferrera la situación era mucho peor, con una fila de decenas de metros que zigzagueaba por toda la explanada, y donde la demora llegaba a las dos horas. "Hemos venido a ver el paisaje por segunda vez, y lo único malo es la masificación que hay, pero bueno... paciencia y ya está", dice César Gálvez, un malagueño inmerso en la hilera. Aunque el viajero andaluz admitía haber tenido suerte, al tener que aguardar "sólo veinte minutos para bajar, pues cuando llegamos la espera era de hora y media mínimo". Pero los había con menos suerte, como el alicantino Daniel Queral, quien junto a su pareja reconocía haber hecho "hora y cuarto de cola por el transporte hacia Covadonga".

Y es que la jornada transcurrió con normalidad pero con "picos puntuales en el servicio", según reconocen fuentes del Consocio de Transportes de Asturias (CTA), encargado de las lanzaderas. En total, ayer se contabilizaron en torno a 5.300 visitantes que subieron a los Lagos en bus (a ellos hay que sumar los taxis y vehículos particulares autorizados), en los más de 35 autocares dispuestos durante todo el día. Sin embargo, "el año pasado hubo jornadas con casi 6.000 viajeros, con un máximo de 42 vehículos funcionando a la vez", aseguran.

Así, hubo quien optó por recurrir al taxi para evitar la saturación de los buses. "Íbamos a irnos sin subir porque nos habían dicho que la espera era de varias horas, pero al final optamos por el taxi y ha sido fenomenal, directos, y el precio es razonable (10 euros el taxi, 9 el bus)", afirmaba el ilicitano José Pérez. Para este turista levantino, ese es el mayor problema de los Lagos, "el excesivo aforo", pero entiende "que se explote esta riqueza inigualable, que, por supuesto, al final hay que mantener de alguna forma".

Hasta los conductores de los buses estaban sorprendidos por la gran afluencia. "Es cierto que hoy es un día fuerte, y por eso hay que ir con más cuidado con otros vehículos o con los ciclistas", decía Anselmo García, chófer de uno de esos vehículos.