La agente de la Guardia Civil María Teresa Sánchez, de 54 años, destinada en la plana mayor de la compañía de Avilés, falleció ayer tras haber dado positivo en las pruebas para detectar el virus causante del covid-19, según informó el instituto armado. La noticia causó hondo pesar entre sus compañeros, que la conocían afectuosamente como Maite. "Estaba destinada en la compañía de Avilés. Trabajar con ella era un placer y todo lo hacía fácil. Los que la conocemos estamos muy apenados", aseguraba anoche un compañero de la fallecida.

María Teresa Sánchez era natural de Avilés. Estaba destinada en el cuartel avilesino de Bustiello desde hacía unos cuatro años. Antes había formado parte del equipo administrativo de la Comandancia de Gijón. Casada y con una hija, llevaba un mes ingresada en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias. Según las fuentes consultadas, padecía una grave dolencia, a la que se sumó el contagio con el coronavirus. Había superado hace años un cáncer. "Se hacía querer y sabía cómo ganarse a la gente", señalaba otro compañero de la agente fallecida.