"Este es un premio a más de cuarenta años de trabajo que dedicamos a todos los equipos de personas que colaboran con nosotros". Así lo dijo ayer Pablo Puente, director de la Fundación Siloé, que esta tarde recibe en el paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, el premio "Ana Casanueva" correspondiente a 2020.

El galardón será recogido por José Antonio García Casanueva, presidente de la entidad, que ha dedicado toda su vida a la atención integral a colectivos en situación de vulnerabilidad o exclusión social.

La Fundación Siloé, con sede en Gijón, se dedica la atención de personas en situación de vulnerabilidad o en estado de necesidad. De manera preferente trabaja con menores y jóvenes en situación de riesgo social, personas con discapacidad intelectual, afectados por sida, personas con patologías clínicas que precisen cuidados especiales, drogodependientes o aquejados por trastornos mentales, según explican sus responsables.

El galardón promovido por el empresario astur-mexicano Carlos Casanueva Varas y la Asociación Iberoamericana de la Comunicación (ASICOM), en colaboración con la Universidad de Oviedo, reconoce "la sobresaliente labor social de Siloé en Asturias". El premio, dotado con 50.000 euros y una escultura de María Jesús Rodríguez, reconoce el trabajo de ONGs, instituciones de asistencia privada y fundaciones, asociaciones civiles y organismos sin ánimo de lucro.