El ritmo desenfrenado de contagios por covid-19 en las últimas semanas se ha trasladado a los hospitales y, lo que es más preocupante, a las unidades de cuidados intensivos (UCI). Las autoridades sanitarias aseguran que, si se mantienen las cifras, la situación será “crítica” en las próximas semanas, y por eso ya se están planteando convertir en UCI hasta los quirófanos y las salas de reanimación. También han advertido de un cambio en el perfil de los infectados. Ya no son los jóvenes, sino los “adultos trabajadores” quienes trasladan el virus a los centros geriátricos y a su entorno. Y un dato: el 40 por ciento de los contagiados son asintomáticos. Hay que tener especial cuidado y atención con los mayores de 65 años.

El director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, señaló que Asturias está en alerta máxima (nivel 4) desde la última semana de septiembre, pese a las restricciones que se han ido implantando de manera progresiva.

El crecimiento fue continuado y lento hasta la segunda semana de octubre, explicó Ismael Huerta, jefe del servicio de Epidemiología. Pero a partir de ahí el crecimiento de contagios se aceleró, se estabilizó durante una semana a principios de noviembre, y se ha vuelto a acelerar. También señaló que el perfil de los contagiados ha variado. Desde finales de verano hasta finales de octubre, la mayor incidencia estaba entre los jóvenes de 15 a 29 años. Pero desde el 24 de octubre en adelante, la incidencia empezó a aumentar entre los mayores de 65 años. “La incidencia viene a adultos trabajadores, que lo llevan a centros sociosanitarios y otras zonas”, señaló Huerta.

Salud convertirá los quirófanos en salas de UCI como último recurso disponible

El jefe del servicio de Epidemiología también explicó que el fuerte incremento de infectados en Gijón se ha estabilizado, “aunque sigue siendo alto”, de entre 400 y 450 contagios por cada 100.000 habitantes en la última semana.

También aumentan los casos en Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Siero, Villaviciosa y sobre todo, de manera muy rápida, en Oviedo en los últimos días. ¿A qué se debe este incremento en la capital del Principado?

“Es complejo”, señaló Huerta. “La velocidad de aparición de casos depende del equilibrio entre el número de casos, la población expuesta y las medidas para reducir los contactos. Una parte importante de la aceleración tiene que ver con los brotes, y cada vez se acumulan más. Así que probablemente ese aumento tan rápido tenga que ver con brotes”.

En cuanto a los fallecimientos, las víctimas mortales con covid-19 representan el 2,1 por ciento de los casos confirmados. De ellos, el 90 por ciento tienen 70 años o más, y el 12 por ciento, más de 80.

Concepción Saavedra, directora gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), quiso lanzar un mensaje de tranquilidad indicando que “la presión asistencial aún es asumible, y que los ciudadanos seguirán recibiendo una atención de calidad “, porque se han puesto en marcha los planes de contingencia.

Pero lo peor está en los hospitales donde el sistema “ha llegado al 100 por ciento de nuestras posibilidades de despliegue de unidades de críticos, y si hubiera que ir a una tercera fase tendríamos que ir a ocupar todas las reservas de respiradores y usar los espacios de reanimación o quirófanos para la atención a los críticos”, añadió Saavedra.

La radiografía

Según explicó, de las casi 3.000 camas hospitalarias que hay en Asturias, están ocupadas el 67,54 por ciento con pacientes agudos. El Hospital Universitario San Agustín (HUSA) de Avilés tiene un 77 por ciento de ocupación, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) al 86, y el Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón, está al 91,5 por ciento de ocupación.

Estos índices obligan a “reducir la actividad sanitaria a las urgencias y la atención de casos preferentes no demorables, por la necesidad que supone la disponibilidad de camas y la reorganización de recursos”, señaló la directora gerente del Sespa.

Concepción Saavedra explicó que el lunes se pondrá en marcha un “call center” que será atendido por 50 administrativos “para asegurar la comunicación con los centros de salud”. También se han comenzado a practicar los test de antígenos para la detección rápida de casos, y servirán además para disminuir la presión en los autocovid y en los laboratorios.

Los centros de apoyo para el “drenaje de agudos” tienen margen de maniobra. La residencia de estudiantes Ramón Menéndez Pidal, concertada para acoger pacientes en aislamiento, aún no está en situación de presión grave.

El hospital de Cruz Roja en Gijón tiene 68 camas ocupadas, el Monte Naranco de Oviedo está a un 66 por ciento de ocupación, y el Credine, en Langreo, tiene 106 camas operativas y se espera llegar a 120 este fin de semana, según explicó Saavedra.

Los hospitales de Cangas del Narcea y de Arriondas ya tienen en servicio una planta para enfermos de covid, y se está trabajando para una dotación similar en el de Jarrio.

Las clínicas privadas han ofrecido colaboración al Principado, aunque no disponibilidad de camas para pacientes infectados por coronavirus.

El hospital H114, habilitado en la Feria de Muestras de Gijón, tenía al mediodía de ayer un solo paciente, aunque la previsión era que llegaran más a lo largo de la tarde.

Una preocupación importante tiene que ver con los recursos humanos. El Sespa tiene ahora 2.215 profesionales más que hace un año y se está reorganizando la plantilla para que todo el personal con formación UCI se desplace a estas unidades hospitalarias, incluso con “movilidades forzosas”. También se están incorporando profesionales que habían sido dadas de baja en prácticas, que se considerarán y puntuarán como tal.