"La evolución es mala y preocupante". Con estas palabras anuncia Melania Álvarez García, la portavoz del gobierno regional, lo que está a punto de suceder en Asturias. El Principado prepara nuevas restricciones para frenar los contagios de coronavirus. La intención es "actuar con anticipación para que no nos trague la tercera ola." La Consejería de Salud lleva días preparando "un paquete de medidas rigurosas, contundentes y proporcionadas con la situación actual". El gobierno regional las anunciará mañana "como muy tarde" para aplicarlas a partir de la semana que viene. A falta de más datos, desde el Principado aclaran que no son "medidas extraterrestres que no se hayan puesto en marcha antes". También matizan que tratarán de crear el "menor perjuicio económico".

Hace días que el presidente del Principado, Adrián Barbón, advirtió de la gravedad de la situación con la llegada de la tercera ola a la región. En los últimos días, se rondan los 300 contagios diarios y preocupan los brotes de Grado y del Sporting, sobre los que se tomarán "medidas ejemplarizantes", tal como anuncio ayer la Delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa. En este contexto, Barbón pidió hace dos días al gobierno central la autoridad para llevar a cabo un confinamiento domiciliario. Desde Madrid lo rechazaron como ya ocurrió en la segunda ola. Pero Asturias ya tenía sobre la mesa nuevas medidas restrictivas, como adelantar el torque de queda a las 22.00 horas.

La hostelería también ha sufrido las nuevas restricciones. Ayer entró en vigor su cierre a las 20.00 horas, ante lo que muchos decidieron cerrar tras las comidas.

Sin embargo, los expertos vaticinan una tercera ola más leve. ¿Por qué? Principalmente, porque las medidas han sido adoptadas en un momento más bajo de la onda epidémica que las aplicadas en otoño.