Las clases semipresenciales, que afectan a una parte del alumnado de 3º y 4º de la ESO y de 1º de Bachillerato, continuarán en Asturias “dado que no existe otra posibilidad en estos momentos”. Así lo afirmó esta mañana en la Junta General del Principado la consejera de Educación, Carmen Suárez, quien, no obstante, avanzó que el servicio de Inspección está vigilando la “calidad” formativa de los estudiantes que acuden al instituto en días alternos y cuyos resultados se plasmarán en un informe. La solución a la falta de espacio en algunos centros para cumplir las medidas de seguridad frente al covid provoca enfado en los padres, que alertan de que sus hijos están “desmotivados”, van “retrasados” en el temario y tienen “sensación casi de vacaciones”. “Se levantan y se ponen a jugar a la consola”, relataron algunas familias a LA NUEVA ESPAÑA. 

En respuesta a una dura intervención de IU, en la que la diputada Ángela Vallina llegó a decir que la gestión de Educación está en “estado de catástrofe”, la Consejera aclaró que hasta 2º de la ESO hay una presencialidad total con grupos de 20 alumnos y que su departamento hizo un “gran esfuerzo” a mitad del primer trimestre para que “todos los estudiantes de 2º de Bachillerato” estuviesen también “presentes en las aulas”. Los cursos afectados, por tanto, por la semipresencialidad –un día en clase y al siguiente en casa– son 3º y 4º de la ESO y 1º de Bachillerato. Y al contrario de lo que se piensa, hay más presencialidad (63%) en la pública que en la concertada (33%), según los datos que aportó hoy Carmen Suárez en la Junta. La responsable de Educación también aclaró que las cifras “han ido variando” y que este trimestre “se ha incorporado algún centro más”, por disponibilidad de espacio, a la presencialidad total. 

Ángela Vallina confesó que a IU se le está “agotando la paciencia” en materia educativa, después de tantas “decisiones desastrosas”, que demuestran la “incapacidad” de la Consejería. A estas críticas respondió Carmen Suárez pidiendo que “no se ponga en cuestión el trabajo de 300 personas”, que son las que componen su departamento: “Estamos tratando de tirar para adelante por todos los medios”. Aunque admitió que su equipo y ella también “cometen errores”. “El caso de Grado, por ejemplo –ordenó el cierre de colegios e institutos y poco después rectificó clausurando solo institutos–. No lo ocultamos”, señaló. 

Cafeterías de instituto, ventilación y educación especial

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Vallina no solo puso la polémica de la semipresencialidad sobre la mesa, sino también las “126 familias” concesionarias de las cafeterías de institutos, cerradas desde hace casi un año por la pandemia. “Estas personas están en la indigencia, porque ni siquiera pueden optar a las ayudas, ya que muchas han perdido su condición de autónomos. ¿Por qué ha actuado así señora Consejera? Tiene usted poca sensibilidad”, argumentó Vallina. A lo que Suárez contestó: “¿Como piensa que no soy sensible? En cuanto se despeje la pandemia, las cafeterías volverán”. 

La Consejera también debatió –en este caso con Ciudadanos– a cerca de la ventilación y el frío en las aulas. El diputado Luis Carlos Fanjul advirtió a Suárez de que “no estamos en Canarias” y que los padres “no quieren que sus hijos queden pajaritos muertos de frío”. “El curso en el que estamos es el que más está atacando a la equidad”, espetó Fanjul. Una acusación que a la titular de Educación le pareció “tremenda”. El PP, por su parte, le exigió el desdoble del transporte escolar que ahora mismo mezcla a niños de los colegios de educación especial de Latores y Ángel de la Guarda, ambos ubicados en Latores (Oviedo). “Los centros de salud se llevan las manos a la cabeza”, alertó la diputada María Gloria García. La Consejera defendió que se “cumplen todos los protocolos establecidos”, aunque agregó que la medida “está en estudio”.