Por primera vez, la presidencia del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias tendrá una alternancia: los productores de manzana y los lagareros compartirán durante los cuatro próximos años (dos años cada uno) los destinos de un sector llamado a aglutinar a todas las partes con retos clave por delante: crecimiento, rentabilidad y nuevos mercados.  

Guillermo Guisasola, líder de los cosechadores de manzana en el Consejo Regulador, asegura que en su candidatura, que se midió a la de Daniel Exner, están “muy contentos porque es un respaldo a lo que veníamos haciendo en los últimos años”. Tienen por delante varios objetivos: “Seguir la línea en la que estábamos, y este año tenemos un problema añadido, el de que la hostelería ha estado cerrada prácticamente hasta ahora; hay un excedente de sidra en los lagares y se espera una buena cosecha, es lo que tendremos que gestionar a corto plazo”.

Promoción.

“Aunque tengamos el apoyo de la Administración, la mejor solución es conseguir que los asturianos, que son los que más sidra consumen, beban sidra de Asturias. Tenemos que llegar con ese mensaje y esperamos que haya una respuesta positiva, que nos apoyen y tomen sidra de Asturias hecha con manzana asturiana”.

Rentabilidad.

“Hay mucho pequeño productor y muchas de las fincas son difícilmente mecanizables, pero pueden llegar a ser rentables. La vecería no es un problema técnico. Si a los árboles se les dan los cuidados necesarios, aumentará la producción, pero para eso necesitamos un marco estable, unos precios previsibles. Necesitamos saber que no va a haber tensiones en la cosecha, una estabilidad en el mercado y que la gente sepa lo que va a cobrar por su manzana y que toda se va a poder vender. Además, hay que profesionalizar las nuevas explotaciones”.

Colaboración con lagares.

“Es fundamental y a ellos también les interesa que el mercado se estabilice y saber que van a poder contar con manzana. Tendremos que trabajar, será un año con tensiones, pero es un objetivo de futuro que se puede conseguir”.

Precios.

“No es lógico que toda la sidra, la buena, la mala y la regular, cueste lo mismo. No pasa con ningún otro producto, y el consumidor tiene que aprender a valorar el origen y la calidad. Seguirá habiendo sidras baratas, aunque no es nuestro objetivo en el Consejo Regulador, pero entendemos que la sidra de Asturias con manzana asturiana debe tener otra consideración. Trabajamos con variedades autóctonas, y eso es un valor añadido a la calidad. Muchas de esas variedades son cada vez más productivas, y eso nos da valor frente a países como Inglaterra o Francia, donde no apuestan por mantener las variedades tradicionales. Está internacionalmente reconocido que la sidra de Asturias es la mejor de mundo: debería tener un precio acorde con esa calidad”.

Nuevos productos.

“La sidra espumosa en la gran clave, una sidra natural con denominación y más fácil de exportar, porque es una sidra que no se escancia y que dará buen resultado. Tiene unos precios más altos, lo que genera una mayor rentabilidad. En ese nicho de mercado la gente está acostumbrada a pagar por un vino unos precios más elevados, y esta sidra marida perfectamente con pescados y mariscos”.